La Jaguar, la zorra y las lobas
La jaguar y la zorra llevaban un tiempo
caminando por un frondoso bosque de mucha vegetación, en ese momento, Kundam le
preguntó a Kyantati:
-¿Me repites que hacemos en este bosque?
Debería estar entrenando.
-Te estoy llevando con unas amigas que
nos ayudarán con tu ropa y algo de tu preparación espiritual. Solo seremos
mujeres, bueno, mujeres-animales si vamos al caso, no te preocupes.- Le
respondió la zorra de cinco colas.
Llegaron a un claro del bosque, con
piedras y unos pocos arbustos, allí estaban, Narufi, la loba roja, en su forma
humana, de una altura mediana con su vestido blanco victoriano, con guantes
blancos de encaje en sus manos, a su lado, en su forma de mujer-lobo, Ronevi o
medias negras, una alta loba gris Mackenzie.
-¡Hola amigas! Les presento a Kundam, la
mujer Jaguar, una fiera guerrera.-dijo amistosamente Kyantati
-Hola ¿cómo están? Son las primeras
mujeres que veo en mucho tiempo, estuve mucho tiempo ocupada y casi no tengo
tiempo de ocuparme de mí, mucho entrenamiento diría yo.-dijo casi sin parar de
hablar Kundam.
-Bienvenida, esperamos que la pases bien.
– dijeron las lobas al unísono.
-Ven conmigo Kun, quiero ver que ropa te
queda bien. – dijo Narufi llevándose a la alta mujer jaguar agarrándola de una
mano.
Mientras la loba roja le hacía imitar
vestidos a la jaguar, Kyantati y Ronevi
tenían una charla en tanto preparaban una fogata para el ritual de la loba
chamán.
-¿En serio se conocieron así?
-Así es, en medio de la jungla mientras
me bañaba desnuda
-¿Y la invitaste a entrar al agua?
-¿Por qué no? Somos hembras ¿qué podemos
tener de interesante para mirarnos? ¿Los pechos? ¿El trasero?
-¿y te resististe de tocar a tan bella
mujer? No te creo Kyan… tú no eres así -dijo Ronevi soltando una risa entre dientes.
-¡Oye! ¡Que yo respeto a las mujeres!
Bueno, depende que tan peligrosas sean y la confianza que tenga con ellas…
-Que no que no ¡que no! ¡Estos trapos no
me gustan! – tronó la voz de Kundam
Al oírla, la zorra y la loba salieron
corriendo a verla, con Kundam casi por saltar encima de Narufi y con sus garras
afuera.
-Kun, guarda esas garras gatita, no
vinimos a pelear- dijo la zorra.
-Kyan, esta mujer no entiende lo que
necesito, no vine para una caminata de gatas (N del N: pasarela de ropa de
moda), vine para tener una ropa de batalla.
-No te enojes… -dijo Narufi algo nerviosa.
-A ver a ver, Naru escucha esto. – y la
zorra le dijo a la loba roja unas palabras al oído.
-¿Estás segura? ¿Una princesa guerrera?
-Sí, eso mismo.
-Veamos Kun, imita este atuendo – dijo la
loba roja cambiando su ropa.
La mujer-jaguar, entonces imitó la ropa
de la loba, la cual era la siguiente: unas botas de armadura hasta las rodillas
anudadas, una falda de cuero grueso tableada, amplia pero que era fácil de
moverse con ella larga hasta las rodillas, un peto de metal duro pero liviano
de peso, anudado en la espalda a modo de corset que cubría todo el torso y los
costados del cuerpo, con tiras gruesas por encima de las clavículas con unas
hombreras de cuero que caían sobre sus respectivos hombros.
-Bueno, a eso si llamo una princesa
guerrera. –dijo Ronevi sonriendo ampliamente.
-Esta ropa si me gusta, es cómoda y no
parece llevar mucho cuidado –dijo Kundam mirándose por todos lados su nueva
ropa.
-¡Muy bien! Vamos cerca de la fogata,
comamos algo y déjenme ver que necesita esta señorita guerrera. –concluyó
Ronevi.
Se acercaron a la fogata, Kundam se sentó
en el piso y a un metro y medio se sentó Ronevi con las piernas cruzadas.
-Cierra los ojos y veamos que hay
dentro.- le dijo la loba a la jaguar y empezó a hacer sonar un tambor
lentamente.
-¿Por qué eres una guerrera? ¿Qué
quieres? ¿Fama, reconocimiento, dinero? o ¿proteger una selva? ¿Qué te motiva?
-Por mis hermanos, son pequeños, debo
cuidar de ellos, necesitan una figura adulta, mis padres murieron hace dos años
y dejaron a mi cargo dos pequeños gatitos, soy su modelo a seguir, son una
hembra y un macho, apenas saben distinguir lo bueno y lo malo por eso soy una
guerrera, para que ellos estén protegidos, para que sepan que en este duro
mundo hay que luchar para conseguir algo.
-Oh, Kun, veo tu nobleza, es una causa
noble la tuya, veo tu cabeza lleno de dudas, pero tu corazón lleno de amor, no
veo causa más noble que pelear por los que uno ama.
Luego de que la loba terminara de hablar,
unos truenos sonaron en el cielo en el que se formó una nube con la forma de
dos jaguares echados sobre un grupo de arbustos.
-¡Kundam! Querida hija, hónranos, sabemos
que el peso en tus hombros es grande, pero piensa en ti un poco, no seas tan dura
contigo misma, deja que tu sentido maternal te invada, no importa que no
quieras un hombre a tu lado, no dejes de ser femenina, no hipoteques tu ser en
pos de la batalla, pero nunca olvides que los padres pelean por sus hijos y los
hermanos mayores protegen a los menores, te amamos querida hija.
-¡Padres! Les haré caso, nunca dejaré de
pelear, por mí, por ustedes, por mis hermanos, y sobre todo por mí.
Ronevi dejó de tocar el tambor y las
nubes se disiparon. Unas lágrimas brotaron de los ojos de Kundam.
-Eres una gran mujer Kundam, y veo en ti
una gran guerrera en todo sentido, hice bien en traerte.- dijo Kyantati
sonriendo.
Las cuatro mujeres animales comieron algo
antes de irse a dormir, al otro día, cuando amanecía, Kundam, miró al sol que
se escabullía entre los árboles, pensaba que era un bello amanecer, como no vio
hace años, quizás era el primero que veía luego de mucho tiempo, esa vista le
dio muchas esperanzas, le llenó el corazón de fuerzas.
La zorra y las lobas se despertaron y lo
primero que vieron fue a la mujer-jaguar entrenar con su nueva ropa, se la veía
fluida y por qué no, elegante.
Luego de una despedida, Kundam y Kyantati
empezaron a caminar en sus formas de animales. Lo que no podía negarse era la
dedicación y el fuerte espíritu de la Jaguar, si era una gran guerrera, en
cuerpo y espíritu.
Fin.
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