Mapa de La Dimensión Mágica de Bosques

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lunes, 29 de noviembre de 2021

Los testigos y el consejo de la Jungla

 

Los testigos y el consejo de la Jungla

 

Caminaba la zorra Kyantati por la jungla viendo el paisaje, cuando de pronto llegó a un rio, en el cual Kundam la Jaguar estaba sentada en su orilla con los pies en el agua y profundamente pensativa.

-Kun, ¿qué te sucede?- Preguntó Kyantati

-Oh, Kyan, me han votado para ser guardiana de la jungla, junto con otra Jaguar, una amiga de la infancia.

-¡Pero esas son buenas noticias!

- Sí, lo son, pero sucede algo

-¿Que sucede? ¿Qué puede arruinar algo tan bello y alentador?

-Debo presentar testigos que avalen mi mérito, y no sé a quienes presentar, no sabría a quienes llevar a mi evaluación.

-Un momento… -dijo la zorra y se puso a pensar un instante.

Luego de unos minutos largos e incómodos, se iluminó la mente de la astuta zorra.

-¡Ya sé! Sé a quienes llamar. –dijo y se acercó a decirle una catarata de palabras al oído.

-¿Estas segura?

-Pero sí, estoy segura, confía en mí.

Pasaron dos días y ya era el día de presentar los testigos al consejo de animales de la jungla. Estaban presentes animales de todas las especies, monos, pájaros, jaguares, pequeños animales, una gran reunión en medio de la jungla.

-¡Silencio silencio! Entramos en sesión – dijo un viejo jaguar a toda la concurrencia.

Estaban ahí, Kundam la mujer Jaguar, Zanala la otra candidata a guardiana y aún no había llegado Kyantati y los testigos de Kundam.

Zalana, había presentado todos sus testigos, muchos de los cuales la dejaban bien parada y con lo necesario para obtener el puesto. Le tocaba el turno a Kundam, pero los testigos se demoraban.

-¡Kundam! ¿Dónde están tus testigos? Recuerda que podemos dejar vacante y sin efecto tu candidatura. –le advirtió uno mono.

-¡Momento! Permítanme pasar a mí y a los testigos –dijo Kyantati que recién llegaba.

-¡Permiso concedido! Pasen, digan sus nombres y que es lo que testifican.

Empezaron a pasar nada más y nada menos algunos personajes algo inesperados.

-Fedrez patas blancas, guardián del recinto de ancianos del gran bosque, Kundam ha ayudado en alejar cazadores de mi bosque, nunca vi a alguien tan feroz y disciplinado como ella.

-Fleur la tejedora, maestra y señora de los telares, Kundam me ha ayudado a salvar a varios seres mágicos de un derrumbe de tierra en medio del bosque.

-Villkamuzta, señor de las tierras heladas del norte, Kundam me ha ayudado en un crudo invierno recolectando comida para los que necesitaban alimento.

-Kyantati la kitsune, maestra del disfraz y espía al servicio de quien me contrate, Kundam me ayudado con varios altercados, demostró ser eficiente en la lucha cuerpo a cuerpo y una implacable luchadora de lo justo, aparte de preocuparse por sus hermanos y miembros de su grupo de amigos.

La mujer-Jaguar no sabía que decir al respecto, estaba helada, no sabía que todos ellos iban a aparecerse a ayudarla.

-Kundam, ¿todo esto es cierto? Responde, está en juego tu futuro puesto. –le dijo un miembro del consejo.

-Consejo de la jungla, todo esto es cierto y ustedes saben que no se me permite mentir, sí, ayudé a toda esta gente e hice todo lo que ellos dicen.

-Bien bien, dejen que deliberemos, Consejo, a debatir y considerar lo expuesto por ambas aspirantes.

El consejo se retiró y todo quedó en silencio. Zalana se acercó a Kundam y le dijo:

-Kun, veo que trajiste unos testigos mejores que los míos, no te culpo, yo también seré una guardián después de todo

-Zan, tu sabes que tengo amistades algo raras.

-Kun, eso no importa, te considero una gran compañera, no te veo como adversaria, sé que podemos llevarnos bien, por algo nos han elegido a ambas, no creo que fueran a elegir dos rivales.

Zalana era una Mujer-Jaguar de mediana estatura casi llegando a alta, de ojos grises, contextura mediana, piel algo tostada en su forma de humana, tenía un año menos de edad que Kundam, en su forma de Mujer jaguar y de humana, vestía con una falda de cuero tableada hasta las rodillas  y una armadura de cuero que cubría su torso.

Luego de un largo rato, el consejo volvió de su debate y deliberación, todos los presentes hicieron silencio.

-Muy bien, testigos, aspirantes a guardianas, publico presente, llegamos a un acuerdo, los testigos presentados fueron muy convincentes, los testimonios igual de buenos en ambos casos.

Había una tensión en el ambiente que tranquilamente se cortaba con un cuchillo o tijera bien afilados.

Kundam y Zalana se pusieron una al lado de la otra, en su forma de mujeres Jaguar, casi separadas por la distancia de un cuerpo, sus colas felinas estaban inquietas.

-El consejo de la jungla decide que…Zalana y Kundam son las nuevas guardianas, queridas Jaguares, reciban la esfera facetada de cristal que demuestra que son las nuevas protectoras de este lugar, la jungla o selva latinoamericana.

Todos los presentes vitorearon a ambas mujeres, mientras dos monos le colgaban del cuello su distintivo y amuleto protector.

Zalana y Kundam se fundieron en un abrazo y se prometieron ser las mejores compañeras en esta nueva etapa de sus vidas.

Kyantati no pudo más de la alegría y abrazó a ambas mujeres para felicitarlas con gran efusividad.

-En cuanto a Kyantati la Kitsune…

Todos los presentes hicieron silencio de golpe.

-Kyantati la Kitsune, será la informante de Zalana y de Kundam, le damos este nombramiento por que también reunió un gran mérito para este puesto que ahora va a ocupar.

La zorra se quedó muda, pasados dos minutos incomodos contados por reloj, la zorra dijo lo siguiente:

-¡Sí! ¡Por fin he llegado! Queridas chicas, no saben lo alegre que estoy, por fin estaré en un trabajo para el cual sirvo. ¡Gracias querido consejo!

Luego de esto, Kyantati, Zalana y Kundam fueron a festejar, no sin antes despedirse de los testigos de Kundam que fueron de gran ayuda. Fueron a la orilla del río comieron algunos animales que cazaron y algunas otras cosas muy sabrosas.

Zalana y Kundam se convirtieron en las nuevas guardianas de la jungla y Kyantati en la informante, espía y recolectora de información, el grupo de tres mujeres, empezaba sus tareas en este momento que estás leyendo este relato, ten cuidado de no caer en sus garras.

Fin.

miércoles, 24 de noviembre de 2021

Batalla a ciegas en la jungla

 

Batalla a ciegas en la jungla

 

Era una tarde en la jungla de Latinoamérica, Kundam la mujer-jaguar y Kyantati la zorra kitsune estaban caminando una al lado de la otra tranquilamente, cuando de pronto, se les aparece un hombre de barba, pelo hasta los hombros, con zapatos y un traje de tres piezas color negro, pañuelo de cuello de colores y camisa de color blanco.

-¿Quién eres? ¡No te conozco! Kyan… ¿Quién es este hombre que nos corta el paso? –preguntó Kundam a Kyantati.

-Este hombre es Mano...

-Ja ja ja, ¿Quién soy? soy Anderic, mejor conocido como Mano Negra, y vengo a probar si eres una verdadera guerrera. -Dijo el hombre jocosamente interrumpiendo a ambos seres.

-¿Mano negra? Pensé que eras una simple leyenda, pero si quieres probarme, aquí estoy, tira con lo que tengas a mano.

Entonces Mano negra, sacó una pluma estilográfica de su bolsillo y de ella salieron y se materializaron tres monas aulladoras.

-¡Por mi jungla! Las monas que me hacían bullying de más joven ¡las tres revoltosas!- dijo una cabreada Kundam.

Las tres monas se reían burlonamente y se comentaban cosas entre ellas.

-gatita gatita micifuz, ven gatita, ven a jugar con las monas ja ja ja – dijeron las monas.

-¿Estas monas te acosaban cuando eras más pequeña? –Preguntó Kyantati a la Jaguar

-Eran un infierno de tontas, insoportables, burlonas, molestas a no más poder –Dijo Kundam con una voz baja.- ¡Acepto la pelea y la evaluación!

- Muy bien, vamos a un lugar más cómodo. –concluyó Mano Negra.

Todos se dirigieron a un espacio abierto, con casi nada de vegetación, muy cerca de un río dentro de la selva.

Las tres monas se prepararon para combatir, Kundam se puso a una distancia prudencial, Mano Negra y Kyantati se ubicaron al pie de un árbol para ver el combate.

-Mano negra ¿Estás seguro de hacer esto? –preguntó la zorra

-Kyan… todo es necesario, si no se enfrenta a sus traumas, dudará en la batalla real, aparte, quiero ver algo divertido. – Dijo Mano Negra con una sonrisa socarrona en su boca.

Antes de empezar el combate, Kundam se vendó los ojos, se tapó los oídos con dos algodones. Todos los presentes se quedaron mudos ¿Qué hace esta Jaguar? ¿Está loca? Kundam se paró erguida con ambas patas/manos juntas.

-Los sentidos son engañosos, la vista, el oído, lo único que ve bien es el ojo de la mente, de la intuición, del instinto, el tercer ojo, todo es ilusión. Vengan cuando quieran monas asquerosas.-Dijo Kundam poniéndose en guardia.

Las monas se precipitaron contra ella, escalando los árboles, usando las lianas a su favor, pero la jaguar las esquivaba, incluso trataron de tirarles zancadas, pero la jaguar esquivaba todo, daba volteretas en el aire, aun estando con los ojos y oídos anulados.

Se movía con una fluidez típica de un felino y con gran elegancia, incluso con su armadura de cuero y metal puesta.

Luego de esquivar un rato los ataques, empezó a atacar ella, anticipándose a todos los ataques, con fuertes arañazos, golpes de palmas abiertas, patadas precisas y llaves de proyección.

La pelea ya llevaba cuarenta y cinco  minutos y las monas ya mostraban deterioro en sus movimientos pero Kundam todavía estaba como si solo hubiera entrado en calor, cuando de pronto, hicieron un ataque combinado, pero ese ataque fue anticipado por los duros golpes de Kundam, tan duros que tiraron por los suelos a las monas.

-¡Suficiente, ya basta! Kundam, sácate las vendas de los ojos y los algodones de los oídos, te has demostrado digna, has sobrepasado mis expectativas, me has dejado en ridículo. ¡Monas quédense quietas!

Kundam se desató la venda de sus ojos, se quitó los tapones de los oídos y se sentó en el suelo, Kyantati salió corriendo a ver a su amiga.

-No puedo creer lo que vi, casi nadie hace semejante locura eres excepcional Kun. –dijo Kyantati con una emoción enorme.

Mano Negra tomó su estilográfica e hizo desaparecer a las monas, mientras estas desaparecían, ellas dijeron:

-Perdón porque te hicimos bullying, éramos unas idiotas y aun lo somos, pero nos has dado una gran lección. –dijeron las monas y al segundo desaparecieron.

-Gracias por ponerme a prueba Anderic, más que seguro que si me ofreces estar en un grupo de luchadores, ahí estaré.

-Voy a considerarlo, Kundam, me has dejado con la mandíbula caída.

-¿Mano Negra, Mano Negra, me evalúas a mí? –dijo Kyantati cambiando su ropa a un corto vestido de encaje con falda corta, medias tres cuartos de red con portaligas, unos guantes de encaje y varias ligas en sus piernas y dejando sus orejas blancas de zorra al descubierto y una gruesa gargantilla en su cuello, todo de color blanco.

Kyantati se acercó a un espantado Anderic que no podía reaccionar ante lo que veían sus ojos.

-¿Qué opinas Mano negra? –dijo Kyantati abrazando a un tembloroso hombre de traje.

-¡Que tengo otras cosas para hacer! Felicidades Kundam, excelente desempeño –Dijo el hombre que salió corriendo despavorido.

-¡Oye! ¡Ven aquí, viejo esquivo! ¡No te escapes de mis encantos femeninos! ¡Cae en ellos!- Dijo Kyantati corriendo detrás del hombre trajeado.

Mientras tanto, Kundam se acercaba al río para tomar agua y ver su reflejo en el mismo.

-He llegado lejos, no puedo negarlo, sea cual sea la amenaza que venga después, estoy preparada.

Se sentó en el borde del rio remojando sus piernas mientras aseaba sus brazos, con la escena de Mano Negra tratando de escapar de una enojada Kyantati que estaba vestida muy sexy.

¿Qué más viene en camino? Puede ser cualquier cosa. Pero estamos seguros de que Kundam puede enfrentarlo.

Fin.

sábado, 20 de noviembre de 2021

La historia de Kyantati

 

La historia de Kyantati

 

¿De dónde viene ese kitsune hembra llamado Kyantati? ¿En serio quieren saber? Les contaré…

Hace varios años atrás en un bosque mágico, lleno de vegetación…

Había nacido una camada de zorros rojos muy bonitos, eran cinco en total, papá zorro había llegado de cazar algo para mamá zorra, que había tenido un trabajo de parto que le había producido mucho cansancio.

Cuando los vio papá zorro, vio algo raro, la única hembra de la camada, había nacido de color blanco, pero eso no era todo, había nacido con una particularidad, aparte de ser una zorra roja de color blanco como la nieve… tenía dos colas, era la única con dos colas, blanca, hembra y de dos colas.

La noticia llego lejos en el bosque, muy lejos, incluso a oídos de seres mágicos que se pensaba que no existían.

Papá y mamá zorro, habían ocultado a su hija por vergüenza, pensaban que era una especie de maldición o mal chiste de la madre naturaleza.

Cuando los cachorros ya había cumplido un año y medio de edad, fueron visitados por un ser muy especial.

-Hola, ¿están en casa? No me hagan esperar, soy un ser muy ocupado.-escucharon los zorros en su madriguera, sin embargo salieron a ver quién les hablaba.

Salieron afuera y los estaba esperando un gran y viejo zorro blanco de nueve colas largas, de ojos rojo carmesí.

-¿Aquí nació una pequeña zorra de color blanco y dos colas?

-Anciano kitsune, que sorpresa, ¿Que hace alguien como usted por aquí?

-No me han respondido –dijo el anciano con seriedad.

-Oh, discúlpenos, sí, nuestra hija… ¿Qué nombre le hemos puesto a la pequeña querida? ¿Tati?

-¿No se llama Kyan?

-La llamaré Kyantati entonces para no hacer más confusión… su hija es un ser importante… había una leyenda de que una zorra de color blanco iba a nacer, Kyantati sal de la madriguera… - dijo el viejo zorro legendario.

De la madriguera salió una simpática raposa de color blanco nieve, de dos colas peludas y mullidas, miró al anciano blanco y dijo:

-¿Quiere ver cómo me transformo en humana?

-¡¿¡¿Que?!?! ¡No Kyan! no compliques más las…- solo dijeron sus padres

-Encantado de ver eso pequeña – interrumpió Kitsune.

Entonces Kyantati se convirtió en una niña acorde a su edad, vestida con un pequeño vestido cruzado lleno de flores que llegaba al piso. Como si fuera poco, lo hizo cambiar de color.

-Eres justo a quien buscaba, pequeña Kyantati, ¿quieres venir a ser educada por mí? Tus padres pueden visitarte cuando quieran, pero cuando te crezca la tercer cola, deberán despedirse de ti, pues eres un ser como yo, vivirás un montón de años, casi tantos como yo.

-Acepto. –dijo la pequeña zorra blanca.

-Será como usted diga anciano Kitsune, no teníamos idea de esto, pensamos que la naturaleza nos jugó una mala pasada, pero vemos que es una bendición de cierto modo. –dijo papá zorro.

Luego de ese día, Kyantati o Kyan, fue creciendo conforme pasaba el tiempo, mejoraba su repertorio de atuendos, incluso algunos eran demasiado llamativos, raros y algunos ya no se podía decir si eran ridículos o vergonzosos por no mencionar que algunos eran impensados o casi irreales.

Sin embargo, sus atuendos la hacían pasar desapercibida, incluso en algunos recintos eran bien recibidos, sobre todo en aquellos de gente joven y algo distraídos, incluso tímidos, jugadores de juegos algo raros y que también vestían como ella o interpretaban raros personajes muy llamativos.

Kyan, a pesar de convertirse en humana, no conseguía ocultar sus colas y sus orejas, o unas u otras, pero no ambas al mismo tiempo… o colas u orejas, no había de otra manera.

Sin embargo, pasaba desapercibida, adornando su cabeza con tocados de flores o pelucas e incluso sombreros, algunos pensaban que sus orejas eran de mentira, ella tenía que aguantar los tirones desgraciadamente…

¿Qué pasó con la tercera cola? Ese día, papá y mamá zorro, fueron a ver a su hija por última vez, ellos aceptaban el destino de su hija, no estaban tristes, pero si algo preocupados. El anciano Kitsune, lejos de estar nervioso, estaba conmovido, había tenido una gran alumna en ese tiempo.

Mientras Kyan en su forma humana abrazaba a sus padres, su tercera cola apareció y terminó de crecer en poco tiempo, unos pocos minutos.

-Papá, mamá, siempre voy a pensar en ustedes, estarán en cada lugar que vea, cuando salga la luna ahí estarán, cuando vea un farol prenderse, ahí los veré.

-Sé nuestro orgullo Kyan, ahora, ve y cumple tu destino, ayuda a los demás seres, se gentil, se divertida, sé picara y astuta como un zorro, sé una zorra mágica, una kitsune como el sabio anciano de nueve colas.

Kyantati, con el paso de los años, fue todo lo que le pidieron sus padres luego de despedirse, nunca dejó de jugar, nunca dejó de tener amor en su corazón, nunca dejó de ser mágica en todo aspecto de su vida.

Fin.

viernes, 19 de noviembre de 2021

La Jaguar, la zorra y las lobas

 

La Jaguar, la zorra y las lobas

 

La jaguar y la zorra llevaban un tiempo caminando por un frondoso bosque de mucha vegetación, en ese momento, Kundam le preguntó a Kyantati:

-¿Me repites que hacemos en este bosque? Debería estar entrenando.

-Te estoy llevando con unas amigas que nos ayudarán con tu ropa y algo de tu preparación espiritual. Solo seremos mujeres, bueno, mujeres-animales si vamos al caso, no te preocupes.- Le respondió la zorra de cinco colas.

Llegaron a un claro del bosque, con piedras y unos pocos arbustos, allí estaban, Narufi, la loba roja, en su forma humana, de una altura mediana con su vestido blanco victoriano, con guantes blancos de encaje en sus manos, a su lado, en su forma de mujer-lobo, Ronevi o medias negras, una alta loba gris Mackenzie.

-¡Hola amigas! Les presento a Kundam, la mujer Jaguar, una fiera guerrera.-dijo amistosamente Kyantati

-Hola ¿cómo están? Son las primeras mujeres que veo en mucho tiempo, estuve mucho tiempo ocupada y casi no tengo tiempo de ocuparme de mí, mucho entrenamiento diría yo.-dijo casi sin parar de hablar Kundam.

-Bienvenida, esperamos que la pases bien. – dijeron las lobas al unísono.

-Ven conmigo Kun, quiero ver que ropa te queda bien. – dijo Narufi llevándose a la alta mujer jaguar agarrándola de una mano.

Mientras la loba roja le hacía imitar vestidos a la jaguar,  Kyantati y Ronevi tenían una charla en tanto preparaban una fogata para el ritual de la loba chamán.

-¿En serio se conocieron así?

-Así es, en medio de la jungla mientras me bañaba desnuda

-¿Y la invitaste a entrar al agua?

-¿Por qué no? Somos hembras ¿qué podemos tener de interesante para mirarnos? ¿Los pechos? ¿El trasero?

-¿y te resististe de tocar a tan bella mujer? No te creo Kyan… tú no eres así -dijo Ronevi soltando una risa entre dientes.

-¡Oye! ¡Que yo respeto a las mujeres! Bueno, depende que tan peligrosas sean y la confianza que tenga con ellas…

 

-Que no que no ¡que no! ¡Estos trapos no me gustan! – tronó la voz de Kundam

Al oírla, la zorra y la loba salieron corriendo a verla, con Kundam casi por saltar encima de Narufi y con sus garras afuera.

-Kun, guarda esas garras gatita, no vinimos a pelear- dijo la zorra.

-Kyan, esta mujer no entiende lo que necesito, no vine para una caminata de gatas (N del N: pasarela de ropa de moda), vine para tener una ropa de batalla.

-No te enojes… -dijo Narufi algo nerviosa.

-A ver a ver, Naru escucha esto. – y la zorra le dijo a la loba roja unas palabras al oído.

-¿Estás segura? ¿Una princesa guerrera?

-Sí, eso mismo.

-Veamos Kun, imita este atuendo – dijo la loba roja cambiando su ropa.

La mujer-jaguar, entonces imitó la ropa de la loba, la cual era la siguiente: unas botas de armadura hasta las rodillas anudadas, una falda de cuero grueso tableada, amplia pero que era fácil de moverse con ella larga hasta las rodillas, un peto de metal duro pero liviano de peso, anudado en la espalda a modo de corset que cubría todo el torso y los costados del cuerpo, con tiras gruesas por encima de las clavículas con unas hombreras de cuero que caían sobre sus respectivos hombros.

-Bueno, a eso si llamo una princesa guerrera. –dijo Ronevi sonriendo ampliamente.

-Esta ropa si me gusta, es cómoda y no parece llevar mucho cuidado –dijo Kundam mirándose por todos lados su nueva ropa.

-¡Muy bien! Vamos cerca de la fogata, comamos algo y déjenme ver que necesita esta señorita guerrera. –concluyó Ronevi.

Se acercaron a la fogata, Kundam se sentó en el piso y a un metro y medio se sentó Ronevi con las piernas cruzadas.

-Cierra los ojos y veamos que hay dentro.- le dijo la loba a la jaguar y empezó a hacer sonar un tambor lentamente.

-¿Por qué eres una guerrera? ¿Qué quieres? ¿Fama, reconocimiento, dinero? o ¿proteger una selva? ¿Qué te motiva?

-Por mis hermanos, son pequeños, debo cuidar de ellos, necesitan una figura adulta, mis padres murieron hace dos años y dejaron a mi cargo dos pequeños gatitos, soy su modelo a seguir, son una hembra y un macho, apenas saben distinguir lo bueno y lo malo por eso soy una guerrera, para que ellos estén protegidos, para que sepan que en este duro mundo hay que luchar para conseguir algo.

-Oh, Kun, veo tu nobleza, es una causa noble la tuya, veo tu cabeza lleno de dudas, pero tu corazón lleno de amor, no veo causa más noble que pelear por los que uno ama.

Luego de que la loba terminara de hablar, unos truenos sonaron en el cielo en el que se formó una nube con la forma de dos jaguares echados sobre un grupo de arbustos.

-¡Kundam! Querida hija, hónranos, sabemos que el peso en tus hombros es grande, pero piensa en ti un poco, no seas tan dura contigo misma, deja que tu sentido maternal te invada, no importa que no quieras un hombre a tu lado, no dejes de ser femenina, no hipoteques tu ser en pos de la batalla, pero nunca olvides que los padres pelean por sus hijos y los hermanos mayores protegen a los menores, te amamos querida hija.

-¡Padres! Les haré caso, nunca dejaré de pelear, por mí, por ustedes, por mis hermanos, y sobre todo por mí.

Ronevi dejó de tocar el tambor y las nubes se disiparon. Unas lágrimas brotaron de los ojos de Kundam.

-Eres una gran mujer Kundam, y veo en ti una gran guerrera en todo sentido, hice bien en traerte.- dijo Kyantati sonriendo.

Las cuatro mujeres animales comieron algo antes de irse a dormir, al otro día, cuando amanecía, Kundam, miró al sol que se escabullía entre los árboles, pensaba que era un bello amanecer, como no vio hace años, quizás era el primero que veía luego de mucho tiempo, esa vista le dio muchas esperanzas, le llenó el corazón de fuerzas.

La zorra y las lobas se despertaron y lo primero que vieron fue a la mujer-jaguar entrenar con su nueva ropa, se la veía fluida y por qué no, elegante.

Luego de una despedida, Kundam y Kyantati empezaron a caminar en sus formas de animales. Lo que no podía negarse era la dedicación y el fuerte espíritu de la Jaguar, si era una gran guerrera, en cuerpo y espíritu.

Fin.

martes, 16 de noviembre de 2021

Kumdan, la mujer jaguar

 

Kumdan, la mujer jaguar

 

La chica se estaba refrescando en un pequeño estanque en medio de la selva, una chica joven delgada de pelo castaño, de tez blanca y de contextura mediana, de ojos marrones, ni alta ni baja de estatura.

En ese momento, se sentía observada, una mirada estaba clavada en ella.

Fuera del estanque, detrás de un árbol había una presencia que le resultó familiar, la chica dijo:

-¡Kumdan! Gata introvertida, ¡sal de tu escondite!

Kumdan, viéndose descubierta, Salió de detrás de un árbol, y algo molesta dijo:

-Kyantati, ¿Cómo estás? ¿Está agradable el agua del estanque?

-¿Cómo sabes que soy Kyantati?

-Porque a una selva de distancia se te notan la cola y orejas de zorro, no engañas a nadie a pesar de tener 5 colas, kitsune picara.

Así es, Kyantati era esa joven que se estaba refrescando desnuda en el agua.

-Kumdan, entra al agua un rato, prometo no tocarte juguetonamente, puedes estar lejos de mí.

Kumdan era una hembra de jaguar, que podía convertirse en humana y mujer-jaguar, venía de una estirpe de hombres jaguar de la selva latinoamericana.

Sin pensarlo dos veces, se convirtió en humana, tapada solo por un top y una falda que le llegaba a las rodillas, tenía sus atributos de mujer bastante marcados, sus caderas, sus piernas, sus pechos.

-¡Narrador! ¡Ya para con mis atributos femeninos! Me pones incomoda- dijo Kumdan enojada.

¿Dónde me quedé? Ah así, era de piel canela, cabello negro y largo hasta su cintura, muy voluminoso, tenía unos ojos negros como la noche, era algo alta y de contextura grande.

Tímidamente, la joven se adentró en el agua para limpiarse y refrescarse un poco en ese clima tan pesado.

Ya acostumbrada a la temperatura del agua, comenzó a lavarse, a mojar su pelo y se quedó solo con la cabeza afuera.

-¿Cómo están las cosas en la selva Kun? – le preguntó la chica zorro

-Mira Kyan, todo está revuelto, están buscando una guerrera para proteger esta zona de la selva y pareciera que todos los votos tienen mi nombre.

-¿No te sientes capaz de tener ese cargo? ¿El de guerrera Jaguar?

-Ahora que lo pienso, siento que puedo cargar con eso, si solo pudiera enfrentar mis miedos…

-¿Porque no tratas de ser como Narufi la loba roja que es una excelente niñera o Ronevi la loba Mackenzie qué le va perfecto el oficio de chamán?

-Tienes razón, puedo ser como ellas, libres, fuertes, decididas, al demonio con mi timidez, una guerrera no puede dudar.

Kyantati  y Kumdan charlaron un rato más sobre otras cosas, luego de un largo rato, tenían que salir del estanque, pero no se decidían quien salía primero, decidieron ponerse de espaldas mirando hacia lados contrarios y cada una salió por donde entró.

Al salir del agua, Kumdan se convirtió en Jaguar y Kyantati en zorro de cinco colas. Sacudieron sus cuerpos para eliminar el exceso de agua.

Y empezaron a caminar por la jungla, llegaron a un lugar donde había algunas frutas caídas y cazaron unos pequeños animales para saciar su hambre.

-Kyan…

-¿si Kun?

-¿Crees que será fácil lograr ser una buena guerrera?

-Es todo practica y decisión, como yo tengo mi astucia de raposa, tú tienes tu ferocidad de felina, no te veo mal para ser una guerrera.

Kundam se despidió de la zorra, fue camino hacia su manada, y la estaban esperando otros jaguares, esa noche, fue nombrada guerrera, luego de ser evaluada y haber conseguido la aprobación de los otros miembros de la manada.

La mujer Jaguar, luego tendría más aventuras, que podríamos decir que siempre iría acompañada de la picara Kyantati… pero no puedo asegurártelo lector, será una sorpresa y como toda sorpresa, tiene que ser algo inesperado.

Fin

lunes, 15 de noviembre de 2021

Orden de lectura de Fleur

 

Orden de lectura de “Fleur”

 

Fleur es la historia de una tejedora que hace cosas mágicas con lana, agujas de tejer, telares y ganchillos, desde que es pequeña hasta que es una joven adulta.

Los personajes principales son Fleur y una misteriosa mujer llamada simplemente “La Tejedora”

 

1-Fleur y la tejedora

2-Fleur y los seres del bosque

3-Fleur y los guardianes

4-Fleur y el sueño de la cabaña

miércoles, 10 de noviembre de 2021

Fleur y el sueño de la cabaña

 

Fleur y el sueño de la cabaña

Fleur despertó una mañana, ella ya había cumplido una edad aceptable como para decir que había aprendido todo lo que se tenía que saber sobre tejido, de ropa común y corriente, de tejer amigurumis, de componer ropa, de hacer animales vivos de lana, de seres mágicos, de incluso hacer una casa de lana y también de tejer historias y cuentos y relatos… prácticamente todo lo posible de hacer.

Digamos que su apariencia era la de una adulta joven de 25 años de edad, de tez blanca, pelo negro azabache, una gran belleza y unos ojos que cambiaban de color según su estado de ánimo y el clima, digamos que también podía ver a oscuras como un gato hasta cierto punto.

Esa mañana, se levantó de la cama, se lavó la cara, se peinó con un peine de madera de sándalo, acomodó su vestido de lana verde oscuro, se colocó su sacón que iba hasta las rodillas, también sus botas de piel que llegaban también a sus rodillas.

En la mesa, estaba el desayuno que había preparado la Tejedora, había dos hogazas de pan, mermelada de frutos del bosque, unos jarros de infusiones de hierbas, y galletas recién salidas del horno.

La Tejedora le preguntó a Fleur como fue su noche de descanso

-Fue un buen descanso, pero tuve un sueño que no entendí del todo

-Cuéntame que sucedió en el sueño

-Estaba caminando por el bosque, con mis gatos y de pronto encuentro una cabaña en el medio del bosque, en ella había un telar y yo me sentaba en él, empezaba a tejer una larga manta y en la manta terminada estaba escrito: ven a buscarme, sigue tus sueños, sigue tus sueños, ven a buscar tu futuro… y desperté.

-Ajá, que interesante.

-¿Qué puede significar este sueño?

La Tejedora se quedó unos segundos en silencio, miró a Fleur a la cara y le dijo:

-Esa cabaña está reservada para quien ya sabe todo sobre tejido, historias y magia, debes ir a buscarla, debes seguir tus sueños, no te pongas triste, volveremos a vernos, pues las tejedoras siempre somos unidas, de madres a hijas, de nietas a abuelas.

-Iré a buscarla, no tengo miedo de vivir sola, pero…

-¿sí? Dime

-¿Me visitaras de vez en cuando?

-Claro que sí, nunca vamos a dejar de vernos, las tejedoras debemos ser siempre unidas, te visitaré en tu nueva casa.

Dicho esto, se levantó cada una de su silla de madera y se unieron en un abrazo.

Fleur, luego de desayunar, juntó sus agujas de tejer, sus ganchillos y varias madejas de lana en un bolso, llamó a sus gatos, que esta vez eran siete gatos multicolores, llamó a sus dos guardianes que se asemejaban a dos enormes perros terranova de color negro y empezó su camino en busca de la tanta famosa cabaña.

Caminó un día entero, se guio por su intuición y por las señales que encontraba en el camino, sus gatos se adelantaban para guiarla, sus guardianes iban detrás de ella protegiendo el camino dejado atrás.

Entonces, ella llegó a la cabaña, una cabaña de piedra y techo de troncos a dos aguas, de planta alta y planta baja, rodeada de un jardín de flores de todo tipo, con un horno de barro afuera y con dos casitas de madera para sus guardianes.

Fleur entró en la cabaña y era como ella deseaba, era a su medida, lo que ella siempre había querido en una casa: una chimenea de piedra, una cocina económica a leña, una gran mesa de roble, en la planta alta había espacio para dos camas, dos grandes ventanales y un enorme ropero y una cómoda de madera. Todo era como la casa que había visto en el sueño y también como siempre había imaginado su futura casa.

La joven entonces escuchó que llamaban a la puerta de entrada, fue y abrió la puerta, del otro lado, estaban duendes, gnomos y hadas.

-Hola, ¿tú eres la nueva tejedora? –preguntaron un montón de alegres voces

-Sí, soy la nueva tejedora, pueden llamarme Fleur si quieren.

-De acuerdo, te trajimos algunas cosas de bienvenida.

Los seres mágicos le entregaron a la joven varios juegos de agujas de tejer, ganchillos, madejas de lana de todos los colores posibles y una tiara hecha con flores de metal y piedras preciosas incrustadas.

Luego de terminar de recibir los regalos y estrechar la mano de todos los seres mágicos, los invitó a pasar, hicieron una fiesta de bienvenida, que duró toda la noche, luego de todo esto, Fleur despidió a los invitados y se fue a dormir.

Al otro día, recibió la visita de la Tejedora, que la felicitó por seguir sus sueños y tener una hermosa casa donde vivir.

Ambas mujeres se siguieron frecuentando cada cierto tiempo, pues ahora cada una se ocupaba de sus propios trabajos en lana, tomaban pedidos, arreglaban ropa y seres mágicos.

Y un día, Fleur tomó una aguja de ganchillo, se sentó en una mecedora y empezó a tejer un cuento, estas fueron sus palabras al empezar el cuento:

-Había una vez una tejedora…que vivía en medio del bosque en una cabaña de piedra y techo de troncos… rodeada de animales y seres fantásticos de lana… su nombre era Fleur…

 

Fin.

martes, 9 de noviembre de 2021

Fleur y los guardianes

 

Fleur y los guardianes

 

Un día que había amanecido soleado y que bañaba con pequeños rayos de sol la cabaña de la Tejedora y de Fleur, la joven estaba tejiendo ropa para la nueva temporada y debía entregarlas a algunas personas de un pueblo cercano.

En eso, la tejedora salió de la cabaña y se dirigió a la joven muchacha que tejía en la reposera que cantaba alegremente rodeada de sus gatos de lana que jugaban con madejas de lana.

-¡Fleur! Querida, deja lo que estás haciendo ahora mismo, tengo una tarea muy importante para ti y esto puede cambiar el rumbo de las cosas, quiero ver de qué estás hecha y ver si estás a mi altura.

-¡Oh! ¿En serio?  ¿Y qué debo hacer?

-Guardianes de lana, pero te advierto, no son fáciles de hacer, requieren mucha habilidad, mucho amor, un corazón puro de verdad y mucha paciencia, porque pueden ser peligrosos, no puedes equivocarte. Debes hacer dos para mí y dos para ti. Pero tienes una fecha límite para hacerlos, no puedes tardar más de tres días exactos.

-De acuerdo, debo ir a un lugar tranquilo y alejado, ya mismo junto mis madejas y ganchillos. – fue lo que dijo Fleur dejando la ropa que estaba tejiendo y preparándose para ir a un lugar alejado y tranquilo.

Fleur se fue lo suficientemente lejos como para estar tranquila, a un claro del bosque y empezó su tarea.

Pasó un día, y la joven estaba a mitad de camino, ya estaba con un guardián hecho y mitad de otro, no era una tarea fácil, pero ella estaba segura que lo conseguiría hacer pronto.

Tejió y tejió con gran habilidad, velozmente y sin pausa, ni siquiera paró para comer algo, de atrás de los árboles, muchos seres la observaban como con gran empeño creaba a esos enormes seres de lana muy peludos y de colores oscuros.

Pasados dos días, ya casi terminaba el cuarto guardián, cuando unas  voces le dijeron:

-Sigue no te detengas, ya falta poco, ya casi los tienes hechos.

Cuando amanecía el tercer día, Fleur había terminado el reto, solo necesitaba darles magia para que se movieran, cosa que ya estaba haciendo.

La Tejedora estaba tejiendo un manto de lana en el telar, rodeada de sus gatos, cuando ya era la mañana del tercer día, sintió un ruido de hojas crujiendo, de muchos seres que pisaban fuerte. Se levantó del telar, caminó hacia donde escuchó los sonidos y observó que venía la joven Fleur acompañada de 4 altos animales de cuatro patas, dos de color marrón  y dos de color negro.

-Hola Tejedora, he cumplido, dime que te parecen los guardianes.

-A ver a ver, guardianes, haremos pruebas. Ven a mi lado Fleur.

Los guardianes se asemejaban a 4 perros terranovas, dos marrones oscuros y dos negros como la noche, jadeaban con sus largas lenguas, y sus ojos miraban a ambas mujeres esperando las órdenes de la Tejedora y de Fleur.

Las pruebas que les hicieron realizar fueron: emboscadas, saltos, desaparecer de un lugar y aparecer en otro, atrapar ardillas, saltar a las copas de los árboles, hacer tareas combinadas, tanto de atrapar, como de auxiliar animales y seres, pararse en dos patas, tanto con las de adelante como las de atrás, hacer acrobacias, perseguirse entre ellos y un montón de cosas más.

Ya estando satisfecha la Tejedora con las pruebas, le dijo a Fleur.

-Querida Fleur, yo me quedo con los marrones.

- Y yo con los de color negro.

-Me parece justo. ¿Te resultó difícil la tarea de crearlos? Porque has hecho un excelente trabajo, me has maravillado.

-Me ha costado pensar que forma darles, pero luego fue fácil, también tuve el aliento de algunas voces que me decían que no me rindiera.

-¡Ah! Esos fueron tus gatos, ellos no querían verte fallar, se escabulleron y desde las sombras te alentaban

-Esos mininos son un amor… ¿no me digas que tú también me espiaste?

- No pude evitarlo, pero me di cuenta que casi te subestimo, estas a mi altura o un poco más, ya puedo dejar de llamarte aprendiz y llamarte colega.

Ambas mujeres se abrazaron y se palmearon la espalda una a otra y saltaron y bailaron de alegría.

La Tejedora y Fleur ya tenían dos guardianes de lana cada una, para que las acompañaran a todos lados, aparte de sus grupos de gatos de lana que nunca las dejaban solas.

En un costado de la cabaña, se instalaron 4 casitas de madera, parecidas a caniles o cuchas, en las que dormían y descansaban los guardianes.

Luego se vendrían más aventuras de Fleur, pero eso es de otro relato posterior.

 

Fin.

lunes, 8 de noviembre de 2021

Fleur y los seres del bosque

 

Fleur y los seres del bosque.

 

Fleur ya tenía dominado el arte de tejer ropa de lana de todo tipo, crear seres mágicos y animales de lana e hilvanar historias con hilos.

Un día, mientras tejía la ropa de unos hurones, su maestra, la Tejedora le dijo:

-¡Fleur! ¡Fleur! ¡Ven aquí querida!

-¡Tejedora! Dime ¿qué sucede?

-Los animales de lana me han informado que unos duendes y hadas fueron atacados por trasgos y debes ir a ayudarlos, te encargo la tarea, ya te veo capaz de manejar estas cosas, ve lo antes posible.

La joven Fleur ya era una joven adulta, se supondría que ya tenía entre 19 y 22 años de edad, era alta, de cuerpo mediano, ni flaca ni rellenita, de pelo negro azabache y piel blanca, con sus rasgos marcados y ojos color del tiempo, que cambiaban de color según su estado de ánimo, se le ponían más claros o más oscuros de pendiendo de lo anterior mencionado. Vestía con vestidos de lana holgados de colores marrón o verde oscuro y un largo sacón de lana de mangas largas y largo hasta las rodillas, igual sus vestidos de lana. Y sus pies vestían unas botas de piel color negras hasta las rodillas.

La joven tejedora partió a esa zona del bosque donde estaban las hadas y duendes que fueron atacados, cuando llegó, vio un grupo de hadas con algunas partes de sus vestidos y alas desgarradas y los duendes tenían sus gorros, pantalones y botas en mal estado, ellos la esperaban.

-¿Quién viene ahí? ¿Es Fleur? Si amigos, es Fleur, estamos salvados.- decían unas pequeñas voces ansiosas.

-Hola hadas y duendes, ya llegué, sean pacientes, ahora los repararé, compondré sus  cuerpos y ropas. –Dijo dulcemente la joven.

Hadas y duendes hicieron una larga fila y esperaron pacientemente su turno de ser atendidos.

Fleur, hábilmente, reparaba piel de lana y ropa como si no le costara hacer esa labor, sus manos y ganchillos sanaban todo lo que fuera lana, en toda una tarde, hizo el trabajo de sanar quince hadas y veinte duendes.

Terminado el trabajo, la joven se retiró a descansar debajo de un árbol de grandes raíces que sobresalían de la tierra, en ese momento, algunos duendes le trajeron bayas, frutas de todo tipo y un gran jarro de una infusión de hierbas reparadoras y restauradoras. Mientras comía y bebía con celeridad, las hadas la ponían al corriente de las noticias de esa parte del bosque.

Los duendes hacían números de magia y algunas pruebas de acrobacia, cosa que divertía mucho a Fleur.

La joven, ya cuando empezaba bajar el sol, se despidió de los seres mágicos y emprendió el viaje de regreso, en el camino, las luciérnagas le iluminaban el camino a la cabaña de la tejedora.

Cuando llegó, fue recibida por los cinco gatos que ella había tejido un tiempo atrás y se le reunieron alrededor para limpiar su energía.

Entró en la cabaña, acompañada de sus gatos  y la tejedora la estaba esperando con la cena ya hecha.

-Querida, ¿Cómo te trataron las hadas y los duendes? – preguntó la Tejedora.

-De la mejor forma posible, incluso puedo decir que hacen un exquisito té de hierbas, hicieron un espectáculo muy divertido para agradecerme.

-Me alegro entonces, no hay forma que no le caigas bien a alguien, tu bondad es inmensa querida Fleur.

Las tejedoras comieron la cena, se quedaron hablando de cosas divertidas y fueron luego a dormir, acompañada cada una con su propio grupo de gatos de lana, durmieron plácidamente hasta el otro día, con el bello y tranquilizador ruido arrullador de fondo del bosque que habitaban.

Fin.

viernes, 5 de noviembre de 2021

Fleur y la Tejedora

 Fleur y la Tejedora

 

Fleur había caminado durante dos días en el bosque, era una niña de unos diez años de edad, de pelo negro, ni muy alta ni muy baja, vestía harapos y tenía la cara sucia de tierra.

Llegado un momento, Fleur se cayó desmayada al lado de un arbusto del hambre y sueño, mientras recuperaba la consciencia, sentía que era llevada en brazos, pero recién pudo comprobarlo cuando llegó cerca de una cabaña, ella bajó de esos brazos y vio que quien la llevó era un oso de lana color marrón de cara simpática y ojos de botones.

Aparte del oso de lana, había muchos otros animales hechos de lana, osos, pájaros, gatos, perros, mariposas, ratones y un largo etcétera de animales de piel de lana.

En una mecedora de madera con respaldo de mimbre, una joven mujer que no se podría saber su edad, se mecía en ella mientras tejía ropa para un mapache, más lejos de la escena, había un viejo telar de madera.

En un momento, Fleur y la mujer hicieron contacto visual, ambas se saludaron  con una cálida sonrisa.

La niña, que era muy curiosa, se preguntó quién era esa mujer, cosa que la mujer, leyéndole la mente dijo:

-Hola pequeña ¿estás perdida?

-hola joven señora ¿quién es usted y como llegué aquí? ¡Ah! ¿Y por qué todos estos animales son de lana?

 -¿Quién soy? Soy la Tejedora, la guardiana de este bosque, todo animal de lana que hayas visto por ahí, yo lo he creado como mis agujas de tejer, mi telar y mis ganchillos, mis manos son mágicas y también tejo historias, cuentos, fábulas, mis hilos son mágicos. Y también tejo ropa común y corriente.

-Mi nombre es Fleur, flor en francés, y he quedado huérfana, hace dos días que vago y tengo hambre.

-Encantada de conocerte Fleur, pasa a comer algo… a ti te trajo un oso enorme de lana, una de mis creaciones más viejas.

La Tejedora y la niña entraron a la cabaña, donde estaba lleno de gatos multicolores, al menos siete de ellos.

Fleur se sentó a la mesa y la Tejedora le dío un jarro grande de una infusión de hierbas y una gran hogaza de pan.

Luego de comer, la mujer les dijo a sus animales de lana que trajeran unos vestidos de lana, uno de lana fría para primavera y verano y otro de lana caliente para otoño e invierno, también unos sacos de lana muy cómodos, y unos zapatos de piel para los pies de la niña.

-Querida tejedora, perdón si suena incómodo, pero… ¿puedo quedarme a vivir con usted? No tengo a donde ir en este mundo.

-Oh Fleur, hace rato que necesitaba una ayudante, puedes quedarte a vivir aquí,  te enseñaré a  tejer, coser, bordar y también parte de mi magia, los animales estarán agradecidos de tener con quien jugar.

La pequeña Fleur se quedó a vivir con la Tejedora, aprendió a tejer, coser y bordar. Con el tiempo empezó a hacer sus propios vestidos y ropa de todo tipo, animales de todo tipo y también seres como hadas, gnomos, duendes y otros animales y seres que ella inventaba y les daba vida.

La niña y la tejedora, fueron grandes amigas y a veces se trataban como madre e hija. Con el tiempo el bosque fue conocido como el bosque de las Dos Tejedoras.

Fleur creció siendo una feliz mujer, siendo una de las tejedoras de ropa, historias, animales y seres mágicos más habilidosas de todo el bosque de los animales y seres de lana.

 

Fin.