Batalla a ciegas en la jungla
Era una tarde en la jungla de Latinoamérica,
Kundam la mujer-jaguar y Kyantati la zorra kitsune estaban caminando una al
lado de la otra tranquilamente, cuando de pronto, se les aparece un hombre de
barba, pelo hasta los hombros, con zapatos y un traje de tres piezas color
negro, pañuelo de cuello de colores y camisa de color blanco.
-¿Quién eres? ¡No te conozco! Kyan…
¿Quién es este hombre que nos corta el paso? –preguntó Kundam a Kyantati.
-Este hombre es Mano...
-Ja ja ja, ¿Quién soy? soy Anderic, mejor
conocido como Mano Negra, y vengo a probar si eres una verdadera guerrera.
-Dijo el hombre jocosamente interrumpiendo a ambos seres.
-¿Mano negra? Pensé que eras una simple
leyenda, pero si quieres probarme, aquí estoy, tira con lo que tengas a mano.
Entonces Mano negra, sacó una pluma
estilográfica de su bolsillo y de ella salieron y se materializaron tres monas
aulladoras.
-¡Por mi jungla! Las monas que me hacían
bullying de más joven ¡las tres revoltosas!- dijo una cabreada Kundam.
Las tres monas se reían burlonamente y se
comentaban cosas entre ellas.
-gatita gatita micifuz, ven gatita, ven a
jugar con las monas ja ja ja – dijeron las monas.
-¿Estas monas te acosaban cuando eras más
pequeña? –Preguntó Kyantati a la Jaguar
-Eran un infierno de tontas,
insoportables, burlonas, molestas a no más poder –Dijo Kundam con una voz
baja.- ¡Acepto la pelea y la evaluación!
- Muy bien, vamos a un lugar más cómodo.
–concluyó Mano Negra.
Todos se dirigieron a un espacio abierto,
con casi nada de vegetación, muy cerca de un río dentro de la selva.
Las tres monas se prepararon para
combatir, Kundam se puso a una distancia prudencial, Mano Negra y Kyantati se
ubicaron al pie de un árbol para ver el combate.
-Mano negra ¿Estás seguro de hacer esto?
–preguntó la zorra
-Kyan… todo es necesario, si no se
enfrenta a sus traumas, dudará en la batalla real, aparte, quiero ver algo
divertido. – Dijo Mano Negra con una sonrisa socarrona en su boca.
Antes de empezar el combate, Kundam se
vendó los ojos, se tapó los oídos con dos algodones. Todos los presentes se
quedaron mudos ¿Qué hace esta Jaguar? ¿Está loca? Kundam se paró erguida con
ambas patas/manos juntas.
-Los sentidos son engañosos, la vista, el
oído, lo único que ve bien es el ojo de la mente, de la intuición, del
instinto, el tercer ojo, todo es ilusión. Vengan cuando quieran monas
asquerosas.-Dijo Kundam poniéndose en guardia.
Las monas se precipitaron contra ella,
escalando los árboles, usando las lianas a su favor, pero la jaguar las esquivaba,
incluso trataron de tirarles zancadas, pero la jaguar esquivaba todo, daba
volteretas en el aire, aun estando con los ojos y oídos anulados.
Se movía con una fluidez típica de un
felino y con gran elegancia, incluso con su armadura de cuero y metal puesta.
Luego de esquivar un rato los ataques,
empezó a atacar ella, anticipándose a todos los ataques, con fuertes arañazos,
golpes de palmas abiertas, patadas precisas y llaves de proyección.
La pelea ya llevaba cuarenta y cinco minutos y las monas ya mostraban deterioro en
sus movimientos pero Kundam todavía estaba como si solo hubiera entrado en
calor, cuando de pronto, hicieron un ataque combinado, pero ese ataque fue
anticipado por los duros golpes de Kundam, tan duros que tiraron por los suelos
a las monas.
-¡Suficiente, ya basta! Kundam, sácate
las vendas de los ojos y los algodones de los oídos, te has demostrado digna,
has sobrepasado mis expectativas, me has dejado en ridículo. ¡Monas quédense
quietas!
Kundam se desató la venda de sus ojos, se
quitó los tapones de los oídos y se sentó en el suelo, Kyantati salió corriendo
a ver a su amiga.
-No puedo creer lo que vi, casi nadie
hace semejante locura eres excepcional Kun. –dijo Kyantati con una emoción
enorme.
Mano Negra tomó su estilográfica e hizo desaparecer
a las monas, mientras estas desaparecían, ellas dijeron:
-Perdón porque te hicimos bullying, éramos
unas idiotas y aun lo somos, pero nos has dado una gran lección. –dijeron las
monas y al segundo desaparecieron.
-Gracias por ponerme a prueba Anderic,
más que seguro que si me ofreces estar en un grupo de luchadores, ahí estaré.
-Voy a considerarlo, Kundam, me has
dejado con la mandíbula caída.
-¿Mano Negra, Mano Negra, me evalúas a mí?
–dijo Kyantati cambiando su ropa a un corto vestido de encaje con falda corta,
medias tres cuartos de red con portaligas, unos guantes de encaje y varias
ligas en sus piernas y dejando sus orejas blancas de zorra al descubierto y una
gruesa gargantilla en su cuello, todo de color blanco.
Kyantati se acercó a un espantado Anderic
que no podía reaccionar ante lo que veían sus ojos.
-¿Qué opinas Mano negra? –dijo Kyantati
abrazando a un tembloroso hombre de traje.
-¡Que tengo otras cosas para hacer!
Felicidades Kundam, excelente desempeño –Dijo el hombre que salió corriendo
despavorido.
-¡Oye! ¡Ven aquí, viejo esquivo! ¡No te
escapes de mis encantos femeninos! ¡Cae en ellos!- Dijo Kyantati corriendo
detrás del hombre trajeado.
Mientras tanto, Kundam se acercaba al río
para tomar agua y ver su reflejo en el mismo.
-He llegado lejos, no puedo negarlo, sea
cual sea la amenaza que venga después, estoy preparada.
Se sentó en el borde del rio remojando
sus piernas mientras aseaba sus brazos, con la escena de Mano Negra tratando de
escapar de una enojada Kyantati que estaba vestida muy sexy.
¿Qué más viene en camino? Puede ser
cualquier cosa. Pero estamos seguros de que Kundam puede enfrentarlo.
Fin.
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