Mapa de La Dimensión Mágica de Bosques

Mapa de la Dimensión Mágica de Bosques

  Mapa de la Dimensión Mágica de Bosques   La Dimensión mágica de Bosques, lugar donde habitan los seres tres esencias y algunos yok...

miércoles, 28 de julio de 2021

El circo

 

El circo

 

El oso Armel había salido del Gran Bosque camino al sur, para el mundo de los humanos, dirigiéndose a un pueblo.

Había sido informado que existían unos lugares, que eran carpas enormes llamadas “circos” y él quería visitar uno, fue él solo sin la compaña de ningún otro ser.

Antes de llegar, tomó su forma humana, vestido formalmente de traje, se pagó un boleto y siguió una fila de humanos que por turnos iban entrando a la carpa donde se hacía el espectáculo, cortaron su boleto y fue a sentarse entre la multitud de personas.

Empezó el espectáculo y vio malabaristas, equilibristas, retadores de la muerte, payasos, pero su curiosidad empezó cuando vio el número de los domadores de leones, cosa que empezó a caerle mal,  y en un momento, el presentador con un megáfono en la mano dijo:

-Y ahora, nuestro nuevo espectáculo ¡Abby!  La osa equilibrista y malabarista, ¡démosle un fuerte aplauso!

Se corrió un telón y las luces enfocaron a una joven osa que hacia equilibrio torpemente en una gran esfera bajo sus pies y haciendo malabares con pelotas de pequeño tamaño.

En un momento, Armel la miraba fijamente y la osa, en un momento de distracción le devolvió la mirada, eso hizo que se le cayeran las pelotas con las que hacía malabares y se cayó de la esfera en la que estaba parada.

La osa estaba tirada en el suelo y el en aire sonaban los latigazos y se escuchaban insultos por parte de los que dirigían al espectáculo.

-Disculpen damas y caballeros, hoy la osa no tiene un buen día, seguiremos con los demás números, no se vayan, estaremos de vuelta con lo siguiente de lo programado –se le escuchó al presentador.

Sacaron de allí a la osa a latigazos y empujones, a Armel se le ocurrió una idea, se quedó hasta que terminaron todos los números, y cuando ya era de noche, casi cerca de la medianoche cuando todo había terminado, se dirigió a la parte de atrás de la carpa dónde estaban los animales del circo enjaulados, en una jaula aislada de todos los demás, estaba la osa, una osa parda joven.

El oso, todavía en forma de humano, se acercó a la jaula y le dijo:

-Tú eres una osa que no quiere estar aquí ¿me equivoco? ¿Cuál es tu nombre verdadero?

- Mi nombre no es Abby, soy Bernardette, me capturaron de pequeña y me obligaron a trabajar en este lugar, ni siquiera la comida es buena  y siempre nos tienen a latigazos y gritos, es claro que no quiero estar aquí, pero no sé qué hacer de mi vida.

-Berdardette, tal vez te ha llegado un rumor de un líder de los osos

-Un tal Magnos… ¿Armel?

-Con el mismo estás hablando, puedo liberarte en este instante y podrás venir al gran bosque, hay comida asegurada, cuevas, manadas de osos, árboles en los que rascar tu lomo, dime ¿aceptas la oferta?

-Prefiero ser libre, a seguir en este horrible lugar, pero también quiero que me ayudes a liberar a los demás animales: tigres, leones, elefantes.

-Dalo por hecho –dijo Armel y se transformó en hombre-oso agarró la puerta de la jaula y la arrancó como si nada, hizo lo mismo con las demás jaulas y los animales salieron corriendo.

Se despertaron todos los humanos  y alguien dio la alarma de que había ladrones.

Armel y Bernardette huyeron hacia un bosque cercano y los demás animales se quedaron atacando a los del circo, estaban cobrándose los años de maltrato y mala vida.

Pasado el bullicio y estando ambos fuera del alcance de los demás, Armel y la osa se sentaron debajo de un árbol y la osa dijo:

-Cuéntame más de ese bosque

Y con lujo de detalles Armel le dijo que era un lugar enorme, lleno de animales de todo tipo, osos, lobos, claros, cascadas, árboles frutales, arroyos, un gran rio, cuevas, salmones.

-¿Salmones?  ¡Quiero probarlos! Y aprender a cazarlos también.

- Entonces para allá vamos, caminemos, hay una entrada mágica por aquí cerca, serás más feliz estando con una manada que donde estabas antes.

Armel y Bernardette caminaron un poco más  y llegaron a una zona neblinosa, al otro lado los esperaba el Gran bosque.

Armel reunió a todos los osos de todas las manadas, le presentó a todos a la nueva integrante de la manada e hicieron un festejo con pequeños animales, bayas, frutas  y por supuesto salmones, los más grandes que se pudieron conseguir. El líder de los osos estaba más que orgulloso por la gran acción que realizó de liberar al menos a un oso de las manos nocivas de los humanos crueles.

Fin.

miércoles, 21 de julio de 2021

La fortaleza del este

 La fortaleza del este

 

Había pasado un buen tiempo luego del encuentro con el chamán y la misma cantidad de tiempo con el espíritu helado del bosque.

Tiempo después, Armel y unos seis osos más se preparaban para viajar a la fortaleza del este, la que estaba a poca distancia del bosque que fue quemado y del que se exiliaron los osos que ahora estaban en el Gran Bosque.

El grupo caminó hacia el portal de viaje entre bosques, el cual llevaba a cualquier lugar dónde uno quisiera ir, pues los bosques estaban conectados entre ellos, sin importar la distancia.

Se adentraron al portal oscuro y lleno de niebla, caminaron un buen tiempo y llegaron al otro lado, del bosque incendiado solo quedaban algunos pocos árboles en pie  y muchos chamuscados, a lo lejos, se veía la fortaleza o ciudad fortificada.

El plan de Armel era tomar venganza por lo ocurrido tiempo atrás, pero las cosas iban a ser diferentes a lo planeado.

Apenas se acercaron a la fortaleza, la gran puerta de madera de dos hojas se abrió y de ella salieron varios osos pardos, entre los cuales Armel reconoció a uno que tenía una cicatriz en un ojo y un ojo ciego.

El oso tuerto de la cicatriz miró a Armel, se paró en dos patas y le dijo:

-Me resultas conocido, te pareces a Magnos Arctus… un momento… tú eres… - dijo el oso con una lágrima en el ojo sano.

-Soy Magnos Arctus Segundo, Ahora llamado Magnos Armel… ¿tío Burno? ¿Eres tú?

- ¿Magnos hijo? ¿Armel? ¿Tú eres el famoso heredero de aquel viejo oso? ¡Oh! ¡Osos! ¡Salgan todos! Tenemos una historia que oír, cuéntanos que pasó.- Terminó de decir Burno y abrazó a Armel.

Salieron al menos nueve osos de la fortaleza y se saludaron los que venían con Armel y los que estaban en la fortaleza con Burno, hacía tiempo que no se veían.

Luego entraron a la fortaleza y vieron huesos de humanos por todos lados, se acomodaron en un patio grande lleno de comida, bayas, frutas, animales pequeños y enormes salmones.

Burno entonces escuchó la historia de Armel, que fue contada con lujo de detalles; la muerte de Magnos padre, el exilio, como Armel se transformó con Luna, como llegó al Gran Bosque, las maravillas que había en ese lugar, su prueba espiritual con el chamán, el duelo con el frío y demás pormenores.

Luego de esto, le tocó el turno a Burno de contar su historia.

-A nosotros diez nos habían apresado en jaulas y traído a desollar, para quedarse con nuestras pieles  y comerse nuestra carne, pero no contaban con que éramos los más feroces, apenas nos dejaron en un lugar a todos y se hizo la medianoche, empezamos a romper las jaulas y correr por todo el lugar, no fuimos rivales, ni para los arqueros ni para los lanceros ni para los guardias del regente. Rompimos armaduras, cotas de malla, asesinamos a todo humano que se nos acercó, los perros que ellos tenían huyeron todos y los pocos que vimos al otro día, fueron encontrados  fuera de sí, neuróticos y con un terror en sus ojos que no parecían los tan temidos que se creían ellos. Poco después, nos quedamos a vivir en la fortaleza, decidimos que el bosque chamuscado ya no era nuestra casa.

Entonces se hizo un silencio y Armel  dijo que iba a mostrar su nueva condición de ser nuevo, empezó a cambiar gradualmente de oso a cuerpo de hombre oso, solo dejando sus garras y cabeza de oso, luego cambió a su forma de humano, alto, corpulento, de pelo corto, barbudo y vestido con pieles.

Burno lo miró, y dijo:

-Así que por eso te llamas Magnos Armel, el líder de los osos, mírenlo bien osos, todos nosotros, le debemos honor y respeto al hijo y legítimo heredero de Magnos Arctus, todos nos inclinamos ante ti, Magnos Arctus Segundo, ahora llamado Magnos Armel, imponente líder, deja que te sigamos, todos somos tu aliados, salve el líder de los osos, salve Armel.

Esas palabras que pronunció Burno, eran las que se pronunciaban cuando se reconocía  un alto mérito entre los osos, que reconocen un gran mandatario, nadie excepto Armel merecía tan alto reconocimiento, luego de esto, todos los presentes lo reverenciaron y Armel pronunció unas palabras.

-Querido tío Burno, no esperaba toda esta situación, siento que me he ganado el respeto de todos los presentes y todos los que me siguieron en exilio, quiero hacerte una propuesta, que tú seas el representante de esta fortaleza y del bosque donde nacimos todos. Ustedes ahora son los osos de la fortaleza del este y guardianes del bosque quemado.

Burno y los demás osos, agradecieron tal honor y estuvieron de acuerdo de ser nombrados de esa forma.

Armel y sus osos se quedaron a comer y dormir en la fortaleza, al otro día, bien cerca del mediodía, Armel y sus seis osos emprendieron el camino al Gran Bosque, no sin antes saludar a Burno y todos los demás, los nuevos señores de la fortaleza del este y el bosque quemado. Otro logro alcanzado, pensaba el líder de los osos, otra conquista en su título de gran mandatario.

Fin.

domingo, 18 de julio de 2021

El espiritu helado

 

El espíritu helado

 

Pasó un buen tiempo luego de la visita del chamán a Armel el líder de los osos en el Gran Bosque, lo siguiente algunos pensaban que no podía ser verdad, pero este bosque era mágico y todo era posible.

Estaba Armel caminando con algunos de sus osos de confianza de la gran manada de osos, cuando de pronto, al pasar por al lado un gran pino, allí estaba, un espíritu del bosque, que se plantó enfrente de Armel y le dijo:

-¿Así que tú eres el líder de los osos exiliados del este?

-¿Quién pregunta? –le dijo en tono de enojo el oso.

-Un espíritu del bosque, vengo a ponerte a prueba.

Armel  dijo a sus osos que se pongan a cubierto pero les dejó ver toda la situación.

-Dime querido oso ¿le temes al frio? ¿Has visto el frio antes de hibernar? ¿Has podido enfrentarte a él? Ahora todos lo sabremos.

Terminado de decir esto, empezó a ponerse todo frio en el bosque, un frio muy fuerte, que calaba los huesos.

Armel, que sabía que esto era una prueba más, se cambió a su forma de humano, empezó a estirar sus piernas y brazos, peinó su barba con sus manos y se sonó sus nudillos.

La pelea era entre el espíritu del frio y el gran oso, pero el frío le dificultaba moverse al oso.

-Quien no prueba sus límites, no sabe de lo que es capaz –dijo el espíritu.

El oso convertido en hombre empezó a moverse cada vez más rápido, parecía que el frio no le hacía nada, es más, le daba más fuerzas, una vez que el hombre oso estuvo acostumbrado al frío, empezó a correr hacia el espíritu y el espíritu lo esquivaba pero había un problema, Armel estaba moviéndose a una velocidad que no era normal, para desgracia del ente, el frio estaba del lado del oso.

La comitiva de osos que estaban resguardados detrás de unos arbustos no daba crédito a lo que veían, un hombre que estaba en su mayor comodidad en algo tan horrendo como el frio que solo un oso polar podía soportar.

Llegado un momento, el oso se salió de la vista del espíritu del frio y lo agarró por detrás en un abrazo de oso totalmente fuerte con el que levantó por los aires al ente  y el frío empezó a mermar hasta desaparecer.

-¡Basta! ¡Basta! ¡Has ganado! Suéltame- dijo el espíritu del frio todo asustado que pensaba que el oso no iba a lograr la prueba.

-¿Ya está? ¿Eso era todo?  Déjame darte un saludo– dijo el hombre oso agachándose y tiró por los aires al ente y este aterrizó en el suelo del bosque.

El ente se levantó del suelo de tierra y felicitó a Armel por su fuerza y valentía.

Magnos Armel había entendido que en las situaciones adversas algo se puede aprender y muchas  cosas se pueden poner a favor de uno a pesar de los contratiempos.

Los osos empezaron a hacer bullicio alentando a su líder.

-¡Qué gran líder tenemos! Viva Magnos Armel, ¡viva nuestro líder!

Luego de esto, los osos fueron a comer algo en su región del bosque, comentaron lo sucedido con los demás de la manada y los que oían la historia, iban a preguntarle a Armel, preguntándole si eso era verdad, porque no podían creer que un hombre oso podía abrazar a un ente incorpóreo y estrujar su cuerpo con un gran frío tan extremo en el ambiente, solo el líder de los osos podía hacer tal hazaña, solo luego de confirmarlo, se quedaban tranquilos escucharlo de boca de Armel, quien reía amistosamente, pues el sí creía en sus propios relatos, porque él era su protagonista.

 

Fin

viernes, 9 de julio de 2021

La batalla interior

 

Luego de haber hecho un trato con los lobos grises para residir en el Gran Bosque, Armel y sus osos se establecieron en la zona noreste del mismo, que era un área deshabitada y tenía suficiente espacio para el oso y sus manadas. Tenían frutas, miel de abeja y pescados como para nunca tener que moverse de ese lugar, también corría un arroyo y algunos pequeños saltos de cascadas de agua fresca y cristalina.

Pero un día que Armel estaba investigando su zona, vio a un humano vestido de pieles, con un tambor en su mano y astas de ciervo adornándole la cabeza. Este extraño humano era un chamán de las tierras frías, su antiguo hogar.

Estaba anocheciendo, el oso se acercó al chamán, un hombre viejo lleno de arrugas pero que inspiraba una paz y al mismo tiempo un gran respeto. El chamán le dijo al oso:

-No es casualidad que tú me hayas encontrado aquí, veo en ti la necesidad de enfrentar tus miedos y temores ¿quieres empezar ahora?

-No le veo lo malo, quiero ver de qué estoy hecho.

Terminado de decir esto, el oso se transformó en hombre y se sentó enfrente de una fogata que hizo el viejo chamán. El hombre empezó a golpear su tambor y Armel cerró los ojos.

Armel entró en el trance y se vio en su viejo bosque, enfrente de él, la figura de su padre.

-¡Magnos! Hijo, muéstrame de que estás hecho.

Dicho esto, ambos osos iniciaron una batalla cuerpo a cuerpo, muy feroz, luego de un rato y unos golpes bien dados, Armel venció a su padre en batalla. El cuerpo se esfumó como una nube de humo, pero la nube volvió a recomponerse, se escuchaban los golpes del tambor cambiar de ritmo. Ahora el humo tomó la forma de la madre difunta de Armel.

-Pequeño osito, ven con tu madre, no me dejes aquí.

-¡Madre! Ya soy un oso adulto, ya no necesito tu cuidado, pero te tendré en mi memoria, honraré  tus enseñanzas y tu esfuerzo de madre, ve a descansar en paz.

-Me alegro que seas fuerte hijo, tu madre te ama.

Dichas estas palabras, la madre del oso se hizo una enorme niebla que cubrió todo el espacio y se convirtió en enormes lenguas de fuego que inundaron todo el lugar.

El oso miró al frente, apretó los puños y empezó a caminar entre las lenguas de fuego, pero el fuego no lo quemaba.

-Todo está en mi mente, nada de esto es real, es todo una prueba- se decía Armel mientras estaba caminando entre las enormes llamas.

Llegó a la otra punta del lugar y se dio vuelta, en ese momento el fuego desapareció, a continuación la niebla se juntó y formó una imagen muy familiar para el oso, era él mismo.

-El que se vence a sí mismo, ha vencido la mayor de las batallas- dijo una voz que venía de todos lados mientras se escuchaba que el tambor tenía otro ritmo distinto.

-Vamos Armel, enfréntate a ti mismo ¡date batalla! - Dijo su réplica exacta.

El oso entonces, empezó a pelear con el mismo, su copia se movía igual que él, sus gestos, sus movimientos de pelea, eran iguales.

-Conozco mis mismos movimientos y mis debilidades ¡hasta yo mismo sé cómo derrotarme! esto terminará pronto.

La batalla duró al menos tres cuartos de una hora, hasta que la réplica se dio una zambullida contra el oso, Armel sostuvo con un gran abrazo a su réplica  y lo dirigió por encima de él haciendo una maniobra de lucha libre, dejándolo en el suelo a su merced, cuando iba a rematarlo de un golpe con la mano abierta y las garras separadas para dejarle la marca en su hocico, esta se esfumó y se escuchó que dejó de sonar el tambor del chamán de una forma seca.

-Muy bien Magnos Armel, has vencido todos tus miedos, mi trabajo aquí ha terminado, has demostrado que eres lo que tienes que ser, un ser fuerte y libre de preocupaciones.

Dicho esto, el hombre se esfumó y empezó a amanecer, Armel, que estaba sentado en forma de hombre, cambió a su forma de oso pardo.

-He vencido, soy digno de portar el nombre con el que me he bautizado, soy Armel, el líder de los osos. –se dijo a si mismo con el pecho hinchado de orgullo.

Luego de esa noche larga de batallas espirituales, Armel durmió toda mañana y descansó de tan difícil batalla. Cuando despertó, llamó a toda la gran manada, comió salmones, frutas y bayas, contó de su experiencia a los osos, los cuales estaban alegres de que su líder fuera un oso fuerte y sin miedos en su corazón.

 

Fin.