Mapa de La Dimensión Mágica de Bosques

Mapa de la Dimensión Mágica de Bosques

  Mapa de la Dimensión Mágica de Bosques   La Dimensión mágica de Bosques, lugar donde habitan los seres tres esencias y algunos yok...

domingo, 24 de febrero de 2019

Un paseo por el pueblo




Fedréz el lobo gris, Armel el oso pardo y Narufi la loba roja, se dirigían al pueblo pasando la encrucijada, por pedido de Narufi que deseaba conocer dónde vivían y cómo vivían los humanos.
Estaban en su forma humana para pasar desapercibos, el lobo gris vestido de traje, el oso pardo un poco más rustico e informal y la loba roja con su vestido blanco.
Se encontraron con Anderic en el camino, mejor conocido como Mano Negra y a pesar de los regaños de Fédrez, se unió a ellos en la visita al pueblo, ese día Mano Negra estaba sobrio.
-¿Quién es la señorita Fédrez? ¿Una amiga nueva?- preguntó Mano Negra.
- Es solo una loba que hizo el acuerdo con Luna, nada del otro mundo, quiere conocer a los humanos- dijo tranquilamente el lobo.
Los cuatro cruzaron el arco de entrada al pueblo, vieron que en la plaza dentro del pueblo había unos puestos de feria de artesanos, Narufi estaba maravillada con las cosas que se vendían ahí en la calle y preguntaba por todo lo que veía dada su curiosidad.
Siguieron caminando por el pueblo, charlando de todo un poco, que Narufi era la cuidadora de cachorros de su manada, que Anderic era escritor de cuentos y relatos, que Fédrez era un poeta, no muy bueno, pero lo era, que Armel era bueno en la lucha cuerpo a cuerpo.
Caminaron un largo tramo y llegaron a una zona algo desolada del pueblo, de pronto, de un callejón, les salieron al paso dos ladrones de mediana estatura armados con cuchillos, dispuestos a robarles, curiosamente, el dinero que los cuatro no tenían.
-¡Quietos ahí los cuatro, esto es un asalto! –dijo uno de los ladrones.
-¿Estás seguro que quieres hacer esto?- Dijo Fédrez a los maleantes.
-¡Silencio! ¡Vacíen los bolsillos! –dijo nervioso el otro ladrón
-¿Qué hacemos? No tenemos dinero- le dijo al oído Mano Negra al lobo gris.
-Déjamelos a mí, yo me encargo de esto- dijo el lobo cambiando de forma humana a forma de feroz y peludo hombre-lobo.
Rápidamente Fédrez agarró del cuello a los ladrones y los levantó en el aire, estos ni lo vieron llegar de lo rápido que se movió, los ladrones sintieron un gran miedo, temblaban del susto que se estaban llevando.
-¿Seguros que todavía quieren robarnos?- dijo el lobo apretando fuertemente las gargantas de los dos hombres.
-No, cambiamos de idea, ya suéltanos, no podemos respirar, no teníamos esto en cuenta.
-Eso haré, desaparezcan lo antes posible- dijo el lobo soltándolos a ambos.
Ambos hombres salieron corriendo espantados y ni se atrevieron a mirar atrás del miedo que tenían.
Fédrez se convirtió en humano, y Mano Negra, Armel y Narufi que estaban mirando atónitos la escena, le preguntaron cómo es posible que se pudiera transformar en algo intermedio entre humano y animal, ya que Armel y Narufi no recibieron ese don al hacer el acuerdo con Luna.
Entonces el lobo empezó a explicar:
-De acuerdo, tengo algo que contarles, mi madre es… de La tribu de Lobos, una de tantas descendientes de esa tribu que tiene una maldición que nunca se disipa y que pueden cambiar entre lobo, hombre-lobo y humano, ella había decidido por voluntad propia vivir en una manada de lobos, no le gustaba cambiar de lugar dónde vivir a cada rato, se quedó un buen tiempo en la manada a la que pertenezco, me tuvo a mí con mi padre que en ese momento aún no era el alfa de la manada, sino el hijo del mismo. Y también por eso cada tanto en el bosque hay una visita de la tribu para ver sí estoy bien.
-¿Y qué pasó con tu madre?- preguntó Narufi.
-Murió en una batalla a la que la llamaron a combatir en un lugar lejano, mi padre se quedó a mi cuidado y me educó para algún día ser un lobo alfa. Nadie hasta hace un rato se enteró de esto que les estoy contando – concluyó Fédrez.
Armel, Fédrez, Anderic y Narufi siguieron caminando un poco más por el pueblo, salieron de él ya cuando el sol casi se había ido del cielo, Anderic los acompañó a la encrucijada y se despidieron de él, el hombre se despidió de ellos agitando la mano en el aire y volvió al pueblo, los otros tres caminaron hasta la entrada del bosque, cambiaron a su forma de animales, saludaron a los guardianes de turno, y se dirigieron cada uno a su zona del bosque, cansados de la jornada que pasaron en el pueblo que está enfrente del bosque, separados ambos por un cruce de caminos.

Fin

jueves, 7 de febrero de 2019

Narufi, la loba roja


Narufi era una loba de una de las manadas de los lobos rojos, del enorme bosque que tiene un pueblo enfrente, separados por un cruce de caminos, ese era su nombre en idioma lobo, el cual simplemente significaba Pelos Rojos, ella era una joven loba, muy atenta, ayudaba en la manada en el cuidado de los cachorros, era de soñar despierta y a veces se distraía con el vuelo de los pájaros.
Una noche de luna llena, Narufi caminó hacia uno de los claros del bosque, en el que solía aparecer Luna para hablar con los lobos y escuchar sus pedidos, en ese claro había una pequeña laguna, una de tantas existentes en el bosque.
Narufi miró al cielo oscuro en el cual se destacaba el satélite, blanco y redondo, pronunció las palabras que eran para llamar la atención de Luna y que se presentara en cuerpo presente. En ese momento, Patas Blancas se despedía de Armel el oso pardo y caminaba cada uno a su zona del bosque, pero el lobo observó a Pelos Rojos en el claro de la laguna y escuchó estas palabras salir de su hocico:
-Luna lunera, señora de blancas ropas, baja del cielo y atiende a este ser del bosque que te invoca.

Patas Blancas se escondió detrás de unos arbustos para mirar lo que sucedía sin hacer el mínimo ruido. En ese momento brilló un haz de luz hacia el piso, y una mujer de túnica blanca salió de él.
Narufi pensó en retroceder un poco pero se quedó quieta. En ese momento, mirando a la loba, Luna dijo:
-¿Cuál es tu nombre gentil loba roja? ¿Qué deseas?
-Soy Narufi, mejor conocida como Pelos Rojos, deseo ver cómo sería mi imagen si fuera una humana- dijo la loba con voz algo temblorosa.
-No tengas miedo, soy benévola con los seres de este bosque, mírate en este espejo – terminó de decir Luna y materializó un espejo enorme en el aire.
Pelos Rojos se miró al espejo y observó a una bella joven de piel blanca, una gran melena de pelos cobrizos que llegaban por la cintura, vestida con un blanco vestido con mangas de estilo victoriano hasta el piso, ojos grises, cara salpicada de pecas, de mediana estatura. Se admiraba su bello vestido, se miraba las manos y arreglaba su pelo, pero en una esquina observó una cara conocida.
-¡Fédrez! ¿¡Qué haces espiándome?!- exclamó Narufi enojada
-Fédrez, sal de ahí lobo curioso, no es bueno hacer eso- dijo Luna
Y Patas Blancas salió de su escondite en los arbustos y caminó hacia donde ellas estaban.
-Perdón, solo admiraba la belleza de Pelos Rojos –se disculpó el lobo.
-Disculpas aceptadas, aun así, ¿me veo bonita de humana? –le preguntó la loba.
-Sí, eso supongo – dijo el lobo algo incómodo y apartando la mirada.
- ¿Puedes convertirme en humana querida Luna?- dijo Pelos Rojos a la luna.
-Sí, y también puedo dejarte cambiar de loba a humana y de humana a loba si ese es tu deseo.
En eso, Fédrez se acercó al espejo y cambió a forma humana para mirarse en él.
-Bien, Narufi, ¿Ya has decidido?- dijo Luna.
-Sí, quiero ser la humana que he visto en el espejo y poder cambiar a voluntad de forma.
-De acuerdo, Fédrez, apártate por favor.
Dicho esto, Patas Blancas se alejó a una distancia prudencial para que Luna hiciera su magia, Luna empezó a decir un encantamiento al mismo tiempo que Pelos Rojos fue rodeada por un remolino de viento.
Terminado el encantamiento, y disipado el remolino, Luna se acercó a Narufi y se agachó para decirle al oído los pasos para cambiar de forma, Fédrez no podía disimular que tenía la vista clavada en la loba. Habiendo terminando de hablarle al oído a Pelos Rojos, Luna les dijo a ambos lobos:
-Ahora vayan a dormir, ya es tarde para estar levantados, Fédrez, acompaña a Narufi, yo debo irme, no olvides practicar tus cambios de forma querida loba- dijo Luna y se fue en un haz de luz.
Patas Blancas y Pelos Rojos se fueron caminando a la salida del claro, se saludaron y se fue cada uno a las cuevas de sus manadas.
La Luna los miraba y pensaba en lo sucedido en esos momentos
-Estos dos lobos hacen una bonita pareja, espero que nunca se peleen -se dijo la Luna a si misma mientras se movía en el cielo nocturno.

Fin

lunes, 4 de febrero de 2019

Y un día ellos llegaron


Era un día como cualquier otro en el bosque de los lobos, un día luego de una gran lluvia torrencial que los hizo estar en sus cuevas que pertenecía cada una a cada manada de lobos, estaban Patas Blancas y sus compañeros comiendo un gran animal recién cazado.
En eso llego corriendo un lobo Mackenzie en plena comida para dar un mensaje; Horra (Colmillos largos), padre de Fédrez y lobo alfa de la manada de los lobos grises, terminando de tragar un gran pedazo de carne, preguntó al recién llegado.
-¿Qué sucede? Estamos en plena comida, más vale que sea importante.
-Algo inesperado, han llegado osos al bosque y acompañados de un hombre alto.
-Eso es raro… ¿están informados los demás alfas?
-Falta informar a una manada más aparte de la suya.
-Bien, que los guardianes den la alarma –dijo al informante.
Luego de que el lobo Mackenzie se retirara, Horra se dirigió Fédrez
-Patas Blancas, vendrás conmigo a la reunión de alfas, es una situación muy delicada.
-De acuerdo padre, ahí estaré contigo.
Luego de terminar de comer, los alfas de cada manada se reunieron para hablar de lo acontecido.
Cada uno expuso su opinión, estuvieron largo rato hablando y Fédrez escuchaba atentamente, se hizo un silencio y él habló.
-Consejo de alfas –empezó diciendo el lobo- permítanme dar mi punto de vista, creo que con los tiempos que corren, debemos ser comprensivos y dar ayuda a los que vienen a este bosque, propongo enviar una comitiva de cada especie de lobo, uno negro, uno blanco, uno rojo, un Mackenzie y yo me ofrezco a ir por parte de los grises, no debemos tener miedo de los cambios.
Los lobos alfas escuchaban atentamente las palabras del lobo, las cuales sonaron sensatas y acordaron enviar un grupo de lobos a hablar con los osos y ese extraño hombre que los acompañaba.
Ya llegada la tarde, Patas Blancas y la comitiva se dirigieron a la zona del bosque donde estaba la comitiva de osos.

En la comitiva de osos, estaba el hombre alto, que se dirigió frente a Fédrez y empezaron a dialogar.
-Yo soy Armel, de los osos pardos, venimos de un lugar lejano, perdimos nuestro bosque a mano de taladores y cazadores de osos, tuvimos que viajar mucho para encontrar otro bosque donde cobijarnos y vivir.
-Pero si tienes forma de humano, eso quiere decir que eres un…
- Hombre-oso – dijo Armel cambiando de forma y convirtiéndose en un oso pardo de tamaño enorme.
-Entonces observa esto – dijo Fédrez cambiando a forma humana.
Armel no podía creer lo que veía.
-¿También has hecho un acuerdo con Luna?-dijo Armel
-Así es, veo que algo nos une ¿ha venido en la comitiva el alfa de los osos?
-Con él mismo hablas.
-Ya veo, son bienvenidos al bosque, con el único requisito de que no habrá agresión entre lobos y osos y que ayudarán a proteger su nuevo hogar.
Fédrez, que seguía con forma humana, estiró la mano hacia Armel que volvió a la forma humana de hombre alto y fornido.
-¿Es un hecho?- preguntó el lobo con la mano extendida.
-Es un hecho – dijo el oso estrechando la mano del lobo.
A partir de esa tarde al caer el sol y luego de un festín en uno de los claros del bosque donde se agasajó a los nuevos habitantes del bosque, empezaba una nueva amistad entre Armel y Fédrez, el oso pardo y el lobo gris.
Fin