Era un día como cualquier otro en el bosque de los lobos, un
día luego de una gran lluvia torrencial que los hizo estar en sus cuevas que pertenecía
cada una a cada manada de lobos, estaban Patas Blancas y sus compañeros
comiendo un gran animal recién cazado.
En eso llego corriendo un lobo Mackenzie en plena comida
para dar un mensaje; Horra (Colmillos largos), padre de Fédrez y lobo alfa de
la manada de los lobos grises, terminando de tragar un gran pedazo de carne,
preguntó al recién llegado.
-¿Qué sucede? Estamos en plena comida, más vale que sea
importante.
-Algo inesperado, han llegado osos al bosque y acompañados
de un hombre alto.
-Eso es raro… ¿están informados los demás alfas?
-Falta informar a una manada más aparte de la suya.
-Bien, que los guardianes den la alarma –dijo al informante.
Luego de que el lobo Mackenzie se retirara, Horra se dirigió
Fédrez
-Patas Blancas, vendrás conmigo a la reunión de alfas, es
una situación muy delicada.
-De acuerdo padre, ahí estaré contigo.
Luego de terminar de comer, los alfas de cada manada se
reunieron para hablar de lo acontecido.
Cada uno expuso su opinión, estuvieron largo rato hablando y
Fédrez escuchaba atentamente, se hizo un silencio y él habló.
-Consejo de alfas –empezó diciendo el lobo- permítanme dar
mi punto de vista, creo que con los tiempos que corren, debemos ser
comprensivos y dar ayuda a los que vienen a este bosque, propongo enviar una
comitiva de cada especie de lobo, uno negro, uno blanco, uno rojo, un Mackenzie
y yo me ofrezco a ir por parte de los grises, no debemos tener miedo de los
cambios.
Los lobos alfas escuchaban atentamente las palabras del
lobo, las cuales sonaron sensatas y acordaron enviar un grupo de lobos a hablar
con los osos y ese extraño hombre que los acompañaba.
Ya llegada la tarde, Patas Blancas y la comitiva se
dirigieron a la zona del bosque donde estaba la comitiva de osos.
En la comitiva de osos, estaba el hombre alto, que se
dirigió frente a Fédrez y empezaron a dialogar.
-Yo soy Armel, de los
osos pardos, venimos de un lugar lejano, perdimos nuestro bosque a mano de
taladores y cazadores de osos, tuvimos que viajar mucho para encontrar otro
bosque donde cobijarnos y vivir.
-Pero si tienes forma de humano, eso quiere decir que eres
un…
- Hombre-oso – dijo Armel cambiando
de forma y convirtiéndose en un oso pardo de tamaño enorme.
-Entonces observa esto – dijo Fédrez cambiando a forma
humana.
Armel no podía
creer lo que veía.
-¿También has hecho un acuerdo con Luna?-dijo Armel
-Así es, veo que algo nos une ¿ha venido en la comitiva el
alfa de los osos?
-Con él mismo hablas.
-Ya veo, son bienvenidos al bosque, con el único requisito
de que no habrá agresión entre lobos y osos y que ayudarán a proteger su nuevo
hogar.
Fédrez, que seguía con forma humana, estiró la mano
hacia Armel que volvió a la forma humana
de hombre alto y fornido.
-¿Es un hecho?- preguntó el lobo con la mano extendida.
-Es un hecho – dijo el oso estrechando la mano del lobo.
A partir de esa tarde al caer el sol y luego de un festín en
uno de los claros del bosque donde se agasajó a los nuevos habitantes del
bosque, empezaba una nueva amistad entre Armel y Fédrez,
el oso pardo y el lobo gris.
Fin
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