Mapa de La Dimensión Mágica de Bosques

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  Mapa de la Dimensión Mágica de Bosques   La Dimensión mágica de Bosques, lugar donde habitan los seres tres esencias y algunos yok...

lunes, 7 de octubre de 2019

El Reencuentro (3/3)


Parte 3 y final
El fin y el comienzo

-Tú eres… ¡Salazar L’enfant! El hermano de Eleazar, ambos dos grandes mafiosos y faltos de empatía –alcanzó a decir el metalero reconociendo la cara del que estaba sentado en un gran sillón de piedra.
-El mismo, debo decir que los esperaba, sobre todo a la bella Milena, la que debe enterarse que yo maté a su madre para sacarle ese libro de magia que ahora me pertenece, lo mismo tú libro de bebidas Demetrio, voy a vengar a mi hermano y a destruirlos a ambos- dijo Salazar levantando una ametralladora apuntando al metalero y a la pelirroja.
-¡Grandísimo hijo de perra! ¡Tú mataste a mi madre! ¡Vas a pagar con tu muerte! – pronunció Milena dando un salto a gran velocidad para acercarse a Salazar.
Salazar no pudo ni reaccionar, de pronto le llovieron puñetazos y patadas de una gran fuerza en sus articulaciones que se las quebraban golpes cada vez más poderosos y violentos.
El metalero solo pudo observar el espectáculo de golpes de la aguerrida pelirroja le daba al hombre y el gran golpe de remate al centro del pecho que dio con todas las fuerzas con el puño cerrado, que le partió el esternón y lo dejó en un alarido.
-¡Demetrio! Presiona el botón de arriba de la estaca de plata y arrójasela al pecho.
-¡Ahí Voy! –dijo el hombre arrojando al aire la estaca y dándole un soberbio martillazo para impulsar la misma, que se clavó en el pecho roto de L’enfant y vació su contenido en el cuerpo del que tenía todas las articulaciones rotas.
-¡JA JA JA JA eso no va a servir! ¡Arrrgh! ¿Qué es esto? ¿Ajo y plata venenosa? ¡No! ¡Hijos de perra! ¡Agggh!
Eso fue lo último que dijo Salazar L’enfant antes de morir envenenado por la plata liquida esparcida por la rápida circulación que le causó el ajo en el torrente sanguíneo.
-Adiós L’enfant – dijo Demetrio agitando el brazo en el aire mientras sonaban fuertes truenos y volvía a llover.
El metalero y la pelirroja caminaron a la par del otro hacia la salida del castillo llevando cada uno su correspondiente libro y mientras retomaban la conversación que dejaron a medio camino en la pelea.
-¿Estás seguro que quieres algo conmigo? – Preguntó Milena.
-Muy seguro, ya lo dije, debo dejar ir a mi difunta esposa, ella debe descansar en paz, alguien tengo que tener a mi lado, hacemos buena pareja en la batalla y al menos nos complementamos en algunas cosas…
-Tienes razón, yo ya estoy cansada de los idiotas, estaba insegura de preguntarte si querías tener una pareja o novia, podemos intentarlo juntos ¿Qué tenemos para perder?
-Nada para perder, tenemos mucho para aprender uno del otro.
- Aparte me encantan los metaleros y los barbudos ¿somos novios?
-¡Más puntos a favor tengo! De acuerdo, acepto.
Milena abrazó cuerpo a cuerpo a Demetrio y apoyó su cabeza en su pecho.
-¿Demetrio? Está lloviendo otra vez ¿Estás seguro de que no puedes teletransportarte desde lugares cerrados?
-Deberíamos intentar, quédate abrazada a mí.
El metalero al fin tenía una compañera de aventuras y de vida, estaba contento de al fin tener alguien a su lado después de tantos años de soledad. Ambos desaparecieron en el aire camino a la casa de Demetrio y empezaron una gran relación entre ellos, ya que estuvieron largo rato en soledad, y se merecían tener a alguien al lado.
FIN

El Reencuentro(2/3)


Parte 2
Charlando dentro de una horda

Milena y Demetrio entraron al castillo, caminaron un poco y entraron a un gran lugar de 6 puertas enfrentadas 3 de cada lado y una a lo lejos, la puerta por la que entraron, se cerró detrás de ellos.
Comenzaron a entrar 15 personas armadas con espadas, hachas y mazos, el metalero y la pelirroja se prepararon para combatir.
-¿Charlamos un rato sobre nosotros para pasar el rato? –sugirió Demetrio midiendo a los rivales.
-Y si no hay otra cosa para hacer mientras repartimos golpes… - Respondió Milena empezando a esgrimir su katana de madera.
Repartieron martillazos, barridas, ondas de corte y espadazos mientras detuvieron ataques feroces y los devolvían con el doble de la fuerza empleada por los atacantes.
-¿Por qué no respondiste las llamadas?
-Estaba ocupada saliendo con idiotas que solo querían sexo para tenerme en su lista de triunfos de ligues, prometían lo que fuere por 12 minutos de estar en una cama conmigo, yo no quería eso. ¿Y tú en qué estabas ocupado?
- En hacer duelo por mi esposa muerta, en ocuparme de mis fábricas de bebidas y en cazar seres paranormales en mis ratos libres, también alejando mujeres caza fortunas.
-Ya hiciste demasiado duelo de tu esposa, deberíamos darnos una chance entre nosotros.
-¿Contigo?
-¿Y por qué no? Nos llevamos bien, eso lo que quiero creer.
-Tienes razón, hacemos buen equipo y nos vemos bien juntos.
Derrotados los 15, se abrieron otra vez las puertas laterales y entraron 30 personas más a combatir.
Entendiendo el problema y viendo que los que derrotaron se levantaron del suelo, Milena recordó que el metalero sabía de ataques mágicos.
Estando rodeados y espalda contra espalda se dijeron:
-Demetrio ¿te sabes la de los gorilas?
-Esperaba que lo mencionaras.
Elevaron las manos y empezaron a cantan una canción que parecía de niños al unísono.
-Siete gorilas jugaban con fuego, una llama escapó y los árboles ardieron, el infierno a la tierra los gorilas trajeron…
Luego de recitar eso, una gran llamarada roja salió en todas direcciones. Enormes llamas de una temperatura inimaginable alcanzaron a todos los enemigos que fueron rodeados y quemados profundamente hasta que murieron calcinados y retorciéndose mientras gritaban a pura garganta.
Disipadas las llamas, se sacudieron el polvo del cuerpo y empezaron a caminar a la puerta que estaba del otro lado de la habitación.
Antes de cruzar la puerta, Milena le preguntó Demetrio si había traído la estaca de plata con suero de ajo y un compuesto de plata venenoso en su interior.
 -La traje, pero no entiendo por qué me pediste esto.
-Por si hay vampiros y para evitar un Deus ex Machina.
-¿Y por qué debería de haber uno de esos dos? –concluyó el metalero enojado.
En la habitación siguiente vieron un atril con dos libros grandes y gruesos.
-¿Que hace aquí mi libro mágico de recetas de bebidas? Es mi libro en el que se recolectan todas las recetas de bebidas alcohólicas que existen en el mundo, alguien inventa una bebida o un trago y pum, aparece enseguida escrito en el libro.- dijo Demetrio
-¿Y que hace aquí el libro de magia de mi familia? Ha estado en mi familia durante generaciones de brujas, Mi madre lo custodiaba con un gran recelo.- Agregó Milena.
-Demetrio Líceros, Milena Eurist, yo los robé, JA JA JA. –dijo una voz en la oscuridad que reía de forma estruendosa.
Fin Parte 2

El Reencuentro(1/3)


Parte 1
La tormenta y las armas

Era una noche de tormenta eléctrica y de lluvia torrencial, la mujer estaba esperando en el medio de la nada a que él llegara, tenían que ir al castillo que estaba allí a lo lejos.
De pronto, se escuchan unos pesados pasos pisar charcos de agua y la joven mujer se da vuelta mirando a un barbudo metalero mojado hasta los huesos que tenía su clásico chaleco de jean con una mano cornuta, una camisa a cuadros roja y negra, una remera de Iron Maiden, botas de cuero y un pantalón del mismo material que el chaleco, a quien le dice:
-Pensé que no llegabas con esta tormenta, Demetrio.
-No puedo teletransportarme con tormentas eléctricas tan fuertes, caminé mucho bajo la lluvia pero aquí estoy, tú al menos trajiste algo para no mojarte, suertuda –se quejó el metalero mirando a Milena tapada con un largo sobretodo de cuero negro con capucha.
En ese momento dejó de llover y se miraron uno al otro, Demetrio sonrió de costado y Milena se encogió de hombros.
La pelirroja se sacó la capucha de la cabeza dejando ver su larga cabellera enrulada color zanahoria que le llegaba a las caderas y bajó el cierre del sobretodo de cuero para ponerse más cómoda.
Estaba vestida con un catsuit negro que resaltaba sus atributos femeninos, unas botas negras hasta la rodilla con al menos 5 hebillas gruesas cada una y en su cuello tenía un choker de satín y terciopelo de color negro y rojo al que le colgaba un pentáculo de metal, aparte de tener su sobretodo de cuero aún puesto .
Cuando se dio cuenta, lo tenía a Demetrio mirándola de arriba a abajo.
-¿Te gusta lo que ves o me extrañabas mucho? – dijo la pelirroja.
-Veo que aun conservas el choker que te di aquella vez, han pasado 3 años que no nos vemos, teníamos 33 y 42 años, ahora tenemos 36 y 45, si tan solo contestaras las llamadas telefónicas…
-¿Tanto tiempo ha pasado? Bueno, el choker es una de las pocas cosas materiales bonitas que me quedan en mi vida, luego de tantos dramas y problemas que me causan las personas estúpidas que me cruzo en la vida. ¿Qué armas mágicas has traído? - Dijo Milena como no escuchando que Demetrio le recordara su edad, cosa que le molestaba que le recordaran.
El metalero sacó una espada de madera de ébano con forma de katana de adentro de su chaleco y se la dio a Milena explicándole que los encantamientos de las armas de metal fallaban con las tormentas eléctricas, también diciéndole que su espada podía cortar el aire y tirar ondas de corte, cosa que ella probó en ese momento si era verdad y al ver que pudo cortar dos árboles casi sin esfuerzo, saltó de la alegría.
El metalero luego de ver eso, sacó un martillo de madera que no pasaba de ser largo como un antebrazo.
-¿Eso vas a usar de arma? –preguntó extrañada Milena.
-Tú solo observa – advirtió confiado Demetrio.
El metalero dio un salto y el mango del martillo se alargó y la cabeza del mismo creció también en tamaño. Lo hizo girar en el aire y aterrizó en el suelo dando un bestial golpe que sacudió todo un rango de 5 metros y dejó un pozo en la tierra mojada al golpear la cabeza del martillo en el suelo.
-¿Nos vamos ya?- Dijo el metalero sosteniendo el martillo sobre su hombro el largo mango del mismo y mirando de costado a una sorprendida Milena que solo pudo asentir y ponerse a caminar a la par del hombre.
Empezaron a caminar hacia al castillo, rogando que no siguiera lloviendo, mientras sonaban fuertes truenos.

Fin Parte 1