Mapa de La Dimensión Mágica de Bosques

Mapa de la Dimensión Mágica de Bosques

  Mapa de la Dimensión Mágica de Bosques   La Dimensión mágica de Bosques, lugar donde habitan los seres tres esencias y algunos yok...

jueves, 9 de febrero de 2023

Las elfas de los gatos

 

Las elfas de los gatos

Una vez, en un bosque gigante, vagaba un gatito de unos 6 meses de edad, de color naranja y blanco a rayas, ponemos llamarlo Fuzzy si queremos darle un nombre. Fuzzy estaba muerto de hambre y sediento.

En un momento, se desplomó en el suelo por tanta hambre y sed.

-Ya no puedo más, no fue buena idea perseguir a esa laucha, estoy perdido y mi pequeño cuerpo ya no soporta el hambre y la sed - dijo antes de perder el conocimiento.

Luego de un largo tiempo de estar desmayado, despertó, y unas manos femeninas de dedos finos le acariciaban el lomo.

Fuzzy entonces observó a un ser de sexo femenino que lo llevó a un cuenco con agua y al lado en un comedero, había algunos trozos de pescado recién cocido.

El gatito comió y tomó con una gran voracidad, era natural, luego de tantos días de vagar muerto de hambre y sed.

Luego de saciarse, miró a la joven que lo había salvado y observó que era una elfa de bosque, de metro ochenta, pelirroja de pelos naranjas enrulados que caían por delante y por detrás de los hombros, de ojos grises, vestida de seda blanca, y con un manto blanco que le tapaba los hombros y la cabeza, sus orejas eran puntiagudas y su belleza era enorme.

-¿Quién es este ser angelical? ¿Cómo se llama? –pensaba el pequeño gato

-¿Cuál es mi nombre? Soy Taisimine la Elfa de los gatos, rescato gatos y los traigo a mi morada en el bosque, donde los alimento y los cuido, la mayoría son mininos desamparados. Y Tú debes ser Fuzzy, y descuida, puedo interpretar lo que dicen los gatos, así que siéntete cómodo, hay más gatos en la casa del árbol.- respondió la elfa.

La casa del árbol, estaba emplazada en un árbol enorme y alto, tenía varios pisos al menos tres de ellos y tenía lianas por las que subían y bajaban los gatos.

Junto a Taisimine, vivía una elfa de pelo rubio llamada Jaisimine, también de metro ochenta, ojos verdes, vestida de seda celeste y también tenía un manto para cubrirse, obviamente, también interpretaba lo que hablaban los gatos.

-Fuzzy ¿quieres ir con los otros gatos? Veo que estás repuesto- le dijo Jaisimine

El gatito maulló y fue llevado en las manos de Taisimine a la base del árbol, donde había unos cincuenta gatos de todas las edades y colores de pelaje, atigrados, blancos, negros, de pelaje naranja y también gatas Carey y Calico.

-Ve a relacionarte Fuzzy.- Dijo la elfa pelirroja.

En eso, mientras Taisimine y Jaisimine estaban sentadas en la base del árbol observando a los gatos jugar y retozar en el terreno de alrededor del gran árbol. En el camino, venía un ser encapuchado y con una capa negra, con un morral cruzado  y un sahumador de cadenas en una  mano y un fanal con una vela en la otra, esparciendo humo por todo el camino, era un elfo algo malhumorado y su nombre se había perdido en el tiempo, solo le quedó por nombre su profesión… El Sahumador.

Luego de llenar todo con humo, se sentó al lado de las elfas y sacó tres largos sahumerios de citronela del morral, los clavó en el suelo y los prendió con fósforos uno por uno.

-Muchachas, los mosquitos están más terribles cada año. Casi no me alcanza el sahumo de hierbas para espantarlos.

Las elfas no pudieron hacer otra cosa que reírse tapándose la boca.

-¿Ya cuantos gatos han amparado y refugiado hasta ahora?- preguntó el Sahumador

-Ya con el pequeño Fuzzy son cincuentaíun gatos, no podemos dejar a los gatos desamparados, es una crueldad que sean devorados por las bestias, al menos con Jaisimine podemos dar abasto con tal grupo de gatos y nunca vimos gatos tan agradecidos de estar con nosotras. –dijo la dulce Taisimine.

-Nunca vi a seres con tan enorme corazón como ustedes dos, me maravillo del amor que tienen para cuidar la naturaleza. –dijo el Sahumador

Ya entrada la tarde, cuando el sol bajaba, las elfas empezaron a llamar a los gatos a comer.

Y los cincuenta gatos y gatas, sumado Fuzzy, empezaron a trepar a la casa del árbol, un alto árbol que al menos tenía treinta metros de alto, lleno de ramas, lianas, escaleras  y los tres pisos de alto, con varias habitaciones, un comedor, cuatro dormitorios, un lugar de estar para que duerman los gatos y una cocina, cada habitación tenía enormes ventanales por donde se veía el bosque en todo su esplendor.

Cada gato tenía su comedero, con su nombre grabado, y no había nombre que se repitiera.

Ya pasados unos días, Taisimine llamó a Fuzzy que estaba jugando con unos gatos del gran grupo y también estaba presente el Sahumador.

-Fuzzy, hay algo importante que debes contestar… ¿deseas quedarte con todos nosotros y los gatos que viven aquí?- preguntó Taisimine

-Querida elfa, soy un gatito huérfano, no tengo familia y ya he caminado demasiado, si llegué a este paraíso donde tenemos comida, un lago, y enormes espacios para jugar, ¿por qué renunciaría a vivir con ustedes? Decido quedarme, y ser un gato libre, vengo de vivir en un pueblo cruel, ¿porque dejaría de lado a una vida en la que puedo tener una familia enorme?

-De acuerdo, quédate, serás un gato feliz después de todo, ya veo que quedaste enamorado de Jaisimine y de mí.

Todas las noches, los gatos escuchaban canciones entonadas por las dulces voces de ambas elfas y dormían plácidamente, si alguno se lastimaba, las elfas les curaban las heridas con su magia.

Las elfas de los gatos no podían estar más contentas dando sus vidas y su corazón al cuidado de tan hermosos seres de cuatro patas y peludos como los que estaban con ellas. Ellas eran una fuente de amor puro e incondicional.