Encuentro inesperado
Parte 3
La sorpresa
El metalero miró
la cara al hombre enorme, entrecerró los ojos y solo pudo decir:
- Tú ¡Eleazar Le
petit! Cuando tiempo sin verte, maldito francés.
-¡Que me llamo
Eleazar L’enfant! Deja de decirme de esa forma ¡Deja de decirme así!- dijo
bramando el francés Eleazar.
-Te di una paliza
cuando fuimos adolescentes en la escuela secundaria, nunca viste venir que un
muchacho más pequeño que tú terminara de una vez tu reino de terror en los
patios de ese instituto.
-¡Y por eso te
odié! ¡Y te sigo odiando madrileño!
-Tanto que te
convertiste en un poderoso jefe de la mafia que aterroriza personas inocentes y
secuestra familiares, manda a sicarios a ajustar cuentas y trafica armas y
drogas.
- ¡ja ja ja ja!
Que brillante Demetrio, no sabía que te darías cuenta tan rápido -dijo el
enorme hombre.
El metalero lo
analizó rápidamente, y vio algo especial en Eleazar L’enfant, se dio cuenta en
décimas de segundo y dijo:
-Eres demasiado
pálido, no te recuerdo así, eso quiere decir que eres un…
-Vampiro con una
maldición, que también hace que no amanezca, sé que estas esperando que pase
eso, pues te diré algo, nunca vá a amanecer, primero tengo que morir y eso
nunca va a pasar odiado Demetrio.
-Eso lo veremos,
Le petit.
-¡Que no me llames
así!- volvió a gritar Eleazar mientras su musculatura creció brusca y
descontroladamente rompiendo su ropa, haciéndole crecer las uñas, poniéndole en
punta las orejas, inyectando los ojos rojos de sangre y creciéndole unos largos
colmillos de ambos maxilares.
-Oh, qué bonito
que te ves Eleazar, va a ser un honor matar a un vampiro –Dijo Demetrio
poniéndose en guardia y empuñando la daga afilada en una mano y la manopla en
la otra.
-¡Así será
madrileño! Será un honor matar al cazador paranormal. – Dijo el Vampiro
lamiéndose los dientes insanamente blancos como una pieza de marfil recién limpiada.
Ambos hombres se
miraron a los ojos y dijeron al unísono.
-¡Que empiece el
combate!
Fin Parte 3
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