Mapa de La Dimensión Mágica de Bosques

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  Mapa de la Dimensión Mágica de Bosques   La Dimensión mágica de Bosques, lugar donde habitan los seres tres esencias y algunos yok...

domingo, 14 de julio de 2019

Encuentro inesperado (1/4)


Encuentro inesperado 
 


Parte 1

La llegada

Era de noche en un camino cercano a una mansión en el medio de la nada. Chantal, una chica francesa de unos 27 años de pelo rubio, vestido negro largo abultado, estaba junto con Anastasia, una chica rusa de pelo negro 28 años y vestido blanco victoriano, ambas de 1,80 metros de altura ambas de piel blanca como una hoja de papel y ambas brujas, preparaban las cosas necesarias y el circulo de invocación para llamar a Demetrio el metalero.
-¿Estás segura de que va a funcionar todo esto para que Demetrio aparezca?- Preguntó Anastasia.
-Más que segura- dijo Chantal.
-¿Cómo lo sabes?
-Tú confía en mi- concluyó la rubia.
En eso, mientras acomodaban todo en el suelo, apareció de la nada Demetrio detrás de ellas, las miró, se aclaró la garganta y finalmente dijo:
-No va a funcionar, se los aseguro.
Ambas se dieron vuelta enseguida y miraron al hombre sorprendidas, antes de emitir una sola sílaba, un solo susurro, el metalero de 1,75 metros, pelo largo, barba de 3 meses, pantalón negro, borcegos de cuero y chaleco con una mano cornuta en la espalda rodeada por un círculo, dijo otra vez:
-No va a funcionar, porque ya estoy aquí mismo en cuerpo y presencia. Y si se lo preguntan, aprendí a teletransportarme, ya que cuando me invocaban me encontraba a veces en situaciones embarazosas, ya casi por ir a dormir, por bañarme o sentado en el baño con los pantalones bajos y ya nadie se molesta en levantar el tubo del teléfono para llamar.
-¿Y entonces cómo sabías que te íbamos a invocar?- Indagó Anastasia en su acento ruso.
- Me quemaban las orejas horrendamente de tanto que pronunciaron mi nombre ustedes dos.
-Ya que estás aquí ¿quieres contarnos un poco de ti? - Dijo Chantal con una sonrisa en sus labios tratando de ser alegre.
-Bueno, soy dueño de dos fábricas, ya que prosperó mucho mi negocio de las bebidas alcohólicas, tengo una de destilados varios como ginebra, whisky, vodka y anisados, y una de bebidas fermentadas, como cerveza, hidromiel, sidra de manzana y de pera y también de licores varios. Mi hobby es este de encargarme de seres paranormales para no aburrirme…
-¡Chantal! Esto es serio, ¡no hay tiempo que perder! –dijo Anastasia enojada.
-Tiene razón tu amiga… ¿cuáles son sus nombres, por qué me necesitan y dónde demonios estamos? - dijo Demetrio apretando los puños.
-Discúlpanos, yo soy Anastasia, ella es Chantal, estamos en medio de la nada en una zona rural de Francia y en aquella mansión lejana a 500 metros están mis padres y los de ella secuestrados por un hombre con una maldición muy poderosa y no hay forma de entrar por teletransportación. Y por sí parece una obviedad, es de madrugada en este país.
-Demetrio, encantado de ayudarlas, con permiso, voy a prepararme – dijo el metalero sonriendo de costado.
Demetrio se dio vuelta y se sentó en el suelo, revisó sus bolsillos, estaba su manopla negra, su daga que clavó en el suelo, y un objeto que las señoritas vieron extraño. Entendían que eso abultado era una manopla de acero pintada de negro con símbolos mágicos, entendían que la daga era larga y de buen metal, pero… eso de forma extraña… ¿qué era?
El metalero desclavó la daga del suelo y empezó a frotarla sacando chispas contra ese objeto raro y largo.
-¿Le sacas punta a una… varita mágica de metal?- dijeron la rubia y la morocha.
-¿Qué? Oh, no es una varita mágica, es una chaira encantada, es un objeto para asentarle el filo y también afilar cuchillos, espadas, navajas y dagas, este bebé cortará el espacio-tiempo si es necesario –dijo sin dejar de afilar ambos filos de la daga.
Ambas mujeres miraban asombradas el espectáculo. Terminada de ser afilada la daga, Demetrio preguntó cuánto faltaba para el amanecer.
-Una hora por reloj- dijo Anastasia.
-De acuerdo, ¡luego nos vemos! – fue lo último que pronunció el metalero desapareciendo en el aire rumbo a la mansión.
Ambas chicas se quedaron mirando la mansión lejana unos segundos y empezaron a caminar hacia ella.

Fin Parte 1

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