Estoy en el barranco más alto del mundo y sin dudarlo ni un segundo,
me lanzo al vacío del que mis ojos contemplan oscuridad donde termina el aire
y empieza el duro suelo.
En el camino hacia abajo, vienen miles de cosas a mi mente,
a aterrorizarme, a no dejarme en paz.
Pero en un segundo mi cabeza se acalla
y logro lo que no pude hacer en mucho tiempo: pensar claramente.
Entonces entiendo todo mi accionar,
mis alas se liberan de la opresion que las contenía cautivas
y se agitan para que no siga cayendo y me elevo libre por los aires y piso otra vez la cima.
Luego de tocar tierra firme, una fuerte y poderosa voz venida del fondo dice:
"Te has querido desprender de tus problemas y lo has conseguido,
ellos yacen muertos en el fondo de mi,
pero te han dejado serias marcas en tu cuerpo,ve ahora a curarlas,
pero,
no te olvides,
que la próxima vez,
puede que no tengas la misma suerte."
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