Relato Demencial Parte 3
La entrada en calor
Los veinte zombis caminaban hacia Demetrio y Milena, él sacó
de un bolsillo interno de su chaleco una manopla de metal color negra y una
navaja automática del otro bolsillo interno.
-¿Cómo te las arreglás con tan pocas armas y tan débiles?
-Esto que verás te hará caer la mandíbula al piso – terminó
de decir el metalero, largó gruñidos guturales de su garganta como un cantante
de death metal y salió corriendo hacia los lentos zombis.
Lo que siguió fue una lluvia de puñetazos que tiraban a los
zombis al piso de la fuerza utilizada y cuchilladas que cortaban el aire y
sonaban estampidos de lo fuerte que eran lanzados sumado a los gruñidos que
salían de la garganta de Demetrio.
En un momento ínfimo, hizo un dibujo en el aire con la
navaja sumado a unas palabras incomprensibles y graves de sonido inhumano.
Se abrió un portal a otra dimensión en medio del aire, del
que el metalero se alejó y cargó hacia atrás un puñetazo con la manopla
diciendo antes de lanzarlo:
-¡El gran puño de Arghnabak!
Dicho esto, el puñetazo empujó sin esfuerzo a los veinte zombis
al portal abierto donde entraron y desaparecieron hacia otra dimensión y el
portal se cerró inmediatamente.
Demetrio caminó hacia una sorprendida Milena que no podía
dar crédito a lo visto, que de más está decir que sí, estaba con la boca
abierta y mirando al hombre.
-¿Qué es lo que estabas diciéndome pelirroja?
-Tenés que darme una explicación de todo lo que ví
- Luego luego ¿Dónde es que nos encontramos?
La pelirroja dio un paso hacia delante y se pisó la larga
túnica negra, cayendo de cara al suelo.
-Al lado de un cementerio - dijo Milena.
-Entonces corremos peligro aquí, huyamos y busquemos ropa
más cómoda para ti, ya es la segunda vez que te caes al suelo con esa condenada
túnica de bruja –Dijo Demetrio preocupado.
-Aún me debes una explicación y quiero saber algunas cosas
de vos
-Y yo algunas de ti y tu hermana, y también de ese engendro
invocado, Iremos a la zona comercial ¿hay alguna en esta ciudad?
-Quiero suponer que sí, aunque están abandonados los
comercios.
-Más a favor nuestro favor, serán cosas gratuitas – dijo
riendo el metalero.
Y emprendieron camino a la zona comercial de la ciudad para
conseguirle ropa a Milena y salir de la peligrosa zona del cementerio.
Fin parte 3
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