El regalo de Kyantati
Estaban reunidos Fedrez el lobo gris, Magnos Armel el oso pardo, Demetrio Liceros el ahora maestro de los brebajes y pociones, Kundam la guerrera jaguar, Neyk Itet la tanuki mapache y Anderic Mano Negra.
La reunión se llevó acabo en el medio del Gran Bosque, más específicamente en el Recinto de Ancianos, todos estaban deliberando algo muy importante, el caso era que Kyan Tati, la zorra kitsune estaba por cumplir años y todos estaban preocupados… ¡Kyan no tenía su objeto mágico distintivo!
-¿Qué podemos darle de regalo distintivo? Todos tenemos algo y ella no –preguntó Kundam
-¡Tengo una idea! ¿Porque no juntamos una réplica de cada objeto propio y lo unimos con magia de la estilográfica? –dijo Armel
-Una idea excelente ¿qué pondrá cada uno? A ver, cada uno una cosa, aquí en el tronco –dijo Mano negra.
Y cada uno empezó a buscar entre sus ropas un objeto réplica de cada uno de sus objetos distintivos.
-Yo pongo una hoja de afeitar –dijo el Lobo Gris
-Yo pongo un candado – dijo Armel
-Yo un colmillo – dijo Demetrio
-Yo una esfera facetada – dijo Kundam
- Yo una de mis llaves mágicas- Dijo Nyek
Todos miraron los objetos puestos en el tronco y estaban conformes con lo que aportaron.
-Mi turno… oh gran estilográfica, une estos objetos en uno solo y déjanos ver que objeto mágico le va a pertenecer a Kyan Tati la zorra kitsune, la más alegre y pícara de todas. –pronunció Mano Negra y apuntó la estilográfica al tronco.
Rayos salieron de la estilográfica y un gran resplandor inundó de luz todo el recinto, todos se tiraron para atrás y se taparon los ojos.
Luego, el resplandor se disipó, al igual que el humo.
Ya disipado el humo y mermado el resplandor, apareció el objeto mágico que sería el distintivo de de Kyan.
En ese momento, apareció una chillona y alegre voz muy característica.
-Chicos… ¿qué hacen? – dijo la voz de quien más que Kyan Tati, la zorra.
Todos se dieron vuelta diciendo en un solo grito:
-¡Feliz cumpleaños sorpresa! ¡Felicidades Kyan!
-¿Qué? ¿Hoy es mi cumpleaños? Que olvidadiza que estoy, acabo de venir de un concurso de cosplay en el que salí en segundo puesto…- decía la zorra.
-Sí, hoy es tu cumpleaños, ven, ten tu regalo, está aquí apoyado en el tronco.- dijo un sonriente Mano Negra.
-A ver…
Y en el tronco había un anillo color acero, con 5 piedritas brillantes, cada una representaba a cada uno de los que aportó un objeto y ya de paso a cada uno de los objetos que aportaron, el anillo era por cuenta de Mano Negra.
-Oh… -dijo Kyan derramando un mar de lágrimas.
-¿qué sucede Kyan? –Preguntó Nyek -¿por qué lloras?
Y con una lastimosa voz quebrada, la zorra dijo:
-No era necesario hacerme una fiesta, no era necesario el regalo, yo casi nunca festejo mis cumpleaños, siempre estoy sola esos días…
-Ven aquí Kyan, ¡ey todos! Abracemos a Kyan… -dijo Armel
Y todos abrazaron a la zorra, quien empezó a dejar de llorar.
-Muchachos, gracias, que hermoso anillo- decía mientras se calzaba el anillo en una de sus manos y cambiaba sus ropas a un hermoso vestido de fiesta, del que salían sus colas, seis de ellas en este momento.
-¡bueno, bueno! ¡Juntemos comida para el festejo! –dijo Demetrio
-Déjame a mí – dijo Mano negra y blandiendo la pluma estilográfica y apuntándola a un lugar vacío, hizo aparecer una montaña de carnes, frutas, bayas y panes.
Esa noche comieron hasta hartarse y entonaron varias canciones de festejo, sin dejar de animar a Kyan la cumpleañera.
Kyan dejó de sentirse mal porque su grupo de compañeros de armas, se convirtió en su grupo de amigos. La zorra siempre guardaría ese anillo como una señal de buen augurio, pues era un símbolo de su amistad, más que un simple distintivo en un grupo de seres mágicos.
Fin.
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