Mapa de La Dimensión Mágica de Bosques

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domingo, 3 de abril de 2022

La búsqueda del gran dragón

 

La búsqueda del gran dragón

 

-Vilka, repíteme para qué me trajeron tú y esta kitsune de pocas ropas… -dijo Demetrio acariciándose las barbas blancas y tocándose la cicatriz que cruzaba su ojo izquierdo.

-¡Oye! ¿Cuáles pocas ropas? Es vestimenta de cosplay, tú no entiendes de eso.- se quejó Kyan Tati

-Entiendo más de lo que piensas Kyan…

-De acuerdo Demetrio, estamos buscando al dragón Heken Pak, un gran sabio que nos ayudará con ciertos problemas, él sabe sobre el futuro de todos. Por eso vamos a las tierras frías del noreste.

-¿Y por qué vamos contigo?

-Porque Fédrez no es tan amigo del frio

-¿Y por qué Kyan Tati?

-Caprichos del escritor

-Entonces así sí ja ja ja – dijo Demetrio riendo y mirando a una molesta zorra vestida de cuero.

Vilkamuzta el lobo negro, Demetrio el metalero y Kyan Tati la kitsune estaban de viaje en busca de un legendario dragón, que vivía en las tierras heladas del noreste, al noreste del Gran Bosque, pero cerca de los Bosques Helados dónde vivía el lobo negro, era menester consultarlo urgentemente y ellos fueron los enviados para realizar la tarea.

Vilkamuzta estaba en su forma de hombre lobo, con ambas cicatrices en las cejas, Demetrio estaba con su chaleco que tenía un parche de una mano cornuta en la espalda y unas pesadas botas para nieve.

Kyan Tati, en cambio, estaba vestida con un pantaloncillo de cuero, una musculosa negra y unas botas que le llegaban a las rodillas todo ceñido al cuerpo y abrigada con una campera que apenas bajaba a la cintura, la cual tenía descubierta, todas esas ropas resaltaban sus curvas femeninas.

Al único que se le notaba su edad era a Demetrio, ya de pelos blancos, barba blanca  y una cicatriz en el ojo izquierdo, digamos que estaba cerca de cumplir entre 55 y 60 años de edad, aunque la magia lo hacía ver más joven.

Ellos caminaban hacia un gran glaciar, la morada del dragón, que ya empezaban a verlo a lo lejos.

En eso, se cruzaron con una sombra extraña, parecía un mapache, parecía una mujer joven, parecía…

-¡Neyk Itet! ¿Qué haces aquí? Muéstrate  –dijo una sorprendida Kyan Tati

Entonces, de entre las sombras, salió una mujer con orejas de mapache y una cola muy esponjosa.

Era Neyk Itet, la tanuki mágica, antigua compañera de andanzas de Kyan tati

VIlkamuzta y Demetrio se miraron mientras las dos mujeres se abrazaban y hablaban como cotorras de cosas de sus vidas.

-Gracias a los cielos que estoy separado, cada vez más molestas las mujeres que veo, gracias que Milena me abandonó… -Murmuraba Demetrio.

Ya cuando terminaron de saludarse, Kyan tati presentó a Neyk Itet, una vieja amiga de los bosques japoneses, que ambas solían ser espías de los bosques y se infiltraban fácilmente en cualquier lugar, Neyk era una pícara mujer mapache, una Tanuki, que también hacía cambio de vestuario y era muy engañosa.

-Solo falta la cereza del pastel, no puedo equivocarme- dijo Demetrio al aire, sin darse cuenta de que se tragaría sus palabras.

-¿Hacia dónde van? Los acompañare –Dijo Neyk

-Hacia el glaciar de Heken Pak- contesto Vilkamuzta

Llegaron ya muy cerca del glaciar y escucharon una advertencia.

-Alto ahí todos, ¿quién viene a molestar al legendario Heken Pak?- se pudo escuchar antes de que una lluvia de dardos, clavos y tuercas les cayeran encima, de no ser porque Demetrio pronunció las siguientes palabras:

-¡Escudo de tres capas!

-¿Estás seguro? ¡Lluvia de cascotes!

-Eso no me hará mella, Porque ¡yo soy Arrgnabak! –dijo Demetrio tele transportándose detrás del agresor y dándole un golpe de martillo a dos manos en la nuca.

Luego de noquear al agresor, Demetrio revisó sus ropas y encontró una foto en un guardapelo, en esa foto estaba alguien muy conocido por todos.

-Tienes una foto de Gelias, eso solo puede significar que eres…

-Calluz, el mercenario medio elfo, hijo del mercenario humano Gelias vencido por Magnos Arctus Armel.

Se hizo un silencio incomodo, uno que duró varios segundos. Pasado ese momento incomodo, Calluz habló

-Soy Calluz, el mercenario medio elfo, guardián de Heken Pak, soy un maestro lanzando cosas, esferas, piedras, dardos, clavos, tuercas, tornillos, lanzas, martillos, hachas de mano, cuchillos.

Calluz era alto y  estaba vestido con una armadura de cuero, con varias bolsas de cuero colgadas de su cinto repletas de cosas para lanzar, tenía la clásica mirada de los elfos de bosque, digamos que tendría unos treinta años de edad.

-Bueno bueno, que venimos a ver a Heken Pak, ¿dónde está él? –preguntó Vilkamuzta

-Detrás del glaciar, ha quedado atascado hace años, Neyk y yo estamos protegiendo su morada.- respondió Calluz

Demetrio mirando al glaciar, dijo con toda convicción:

-Este trabajo es para mí, a un lado -Dijo el hombre desnudando su torso el cual estaba lleno de tatuajes mágicos

-Aquí se termina todo… Cien millones de puñetazos de Arrgnabak, ¡Arrgnabak dame tu fuerza! ¡Yo soy Arrgnabak el grande!

Dicho esto, los millones de puñetazos aterrizaron en el glaciar y lo hizo añicos en segundos.

Luego de caer todos los pedazos de hielo, se vio un gran resplandor salir de lo que antes era un glaciar.

-Ahrg, ¿quién liberó a Heken Pak? Debo darle un premio, tantos años de encierro me tenían loco y aburrido.- dijo una voz que retumbaba como una caverna.

Y ahí estaba Heken Pak, un enorme y largo dragón chino de color azul, de 30 metros de largo, que se liberó y se enroscó sobre sí mismo.

Y ahí estaban perplejos; Demetrio, Vilka, Kyan, Calluz y Neyk, mirando al gran Heken Pak.

-¿Y bien?  ¿Qué quieren saber? ¿Sobre el futuro dicen? Hagan valer mi tiempo.

-Dragón- se adelantó a hablar Kyan -Queremos saber sobre el futuro del Gran Bosque, también sobre las tierras heladas del norte, y también el bosque de la tejedora, y el bosque quemado y la jungla de Kundam.

El Dragón quedó en silencio, empezaron a brillar sus ojos, y empezó a hacer unos sonidos guturales muy fuertes.

Los presentes esperaron pacientemente lo que iba a decir el sabio animal legendario.

-Muy bien, tengo la respuesta a sus consultas, todos esos lugares, seguirán vivos mientras todos los que creen en ellos, con ilusión en sus corazones y con la inocencia de un niño, nunca morirán, ni esos lugares, ni ustedes. Todo depende de que tanto sean recordados.

-Esto si pone alegría en nuestros corazones, Heken Pak, muchas gracias por tu sabiduría.- Dijo Vilka con una lágrima en su ojo derecho.

-Un gusto conocerlos a todos ustedes, gracias por liberarme.

Todos los presentes se alegraron y se abrazaron, Kyan con Neyk, Vilkamuzta con Demetrio, y Calluz se abrazó a un árbol todo blanco de nieve.

-Bueno, esto hay que festejarlo, juntemos comida. -Dijo Demetrio.

-Momento, yo me encargo de ello.-dijo Heken Pak e hizo aparecer comida como para un batallón de personas.- ¡A comer y festejar! – Y empezaron a comer glotonamente.

Todos los presentes estaban alegres de que estos relatos y aventuras nunca terminarían, incluso yo, Mano Negra, que estoy transcribiendo este relato y no puedo para de llorar de la alegría.

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