La búsqueda del dragón violeta
Unos
días después del viaje para despertar a Heken Pak, partió otro grupo, esta vez
constituido por una humana y dos seres tres esencias, estos eran: Magnos Arctus
Armel, que solo lo llamaremos Armel, el líder de los osos, Kundam la jaguar,
guardiana de la Jungla y no olvidemos a Fleur, la tejedora, bruja de las lanas
y ama de los hilos, guardiana de los seres de lana y del bosque de su mentora
la tejedora anterior.
Estos
tres personajes, también buscaban a un dragón, pero este era Raken Tuk, el dragón
violeta, contraparte de Heken Pak, ambos eran el balance de las fuerzas. Y como
Heken Pak estaba al Noreste, Raken Tuk estaba al Sudeste, cerca de las aguas
saladas de los mares.
Armel,
Kundam y Fleur, curiosamente, estaban acompañados de Nyek Itet, la tanuki.
En este
caso, el dragón violeta, estaba bajo un gran arrecife de coral, también
apresado durante años y años.
-Este
dichoso dragón sí que está lejos… -se quejaba Armel
-No me
parece tan lejano, ¿Cómo alguien tan grande se queja de caminar tanto?
–Preguntaba Kundam
-Muchachos,
no se distraigan o perderemos de vista a… ¿dónde está Nyek? – Dijo sorprendida
Fleur buscando con la mirada a la mapache.
Los
tres tuvieron que seguir caminando sin ella, dieron por seguro que se había adelantado.
-Momento
–dijo Kundam- Allí la veo, a cincuenta metros, con un bulto a su costado,
corramos.
Eso
mismo hicieron y llegaron cerca de una costa de arena, pero quien vieron no
eran Neyk, pero si una mujer y el bulto en el piso si era Neyk… solo quien
estaba de pie era…
-¿Quién
es tan tonto de traer a una mapache de guía? No sirven para nada a manos de una
bruja…- Dijo la sombra que era una mujer joven de unos treinta años de edad.
-¡Ah!
Solo eso faltaba, problemas –se quejó Fleur
-Hola Fleur,
me presento, soy Lenhela, hija del mercenario Gelias, una bruja de alto rango y
difícil de quemar.
-La
Jaguar y yo nos adelantaremos – dijo Armel convirtiéndose en hombre oso al
mismo tiempo que la morena Kundan hacía lo mismo.
Para
poner en contexto, Lenhela era la hermana bruja del medio elfo Calluz, ambos
hijos de un amorío que tuvo Gelias con una elfa bruja, eran mellizos, uno nació
medio elfo y la otra… bueno, nació bruja, una muy soberbia, que estaba a punto
de sucumbir frente a las lanas de Fleur.
-La lana
mojada no dura mucho Fleur
-¿A sí?
-Sí,
¡tonta!
-¡Mordaza
de junco! ¡Camisa de fuerza de lianas! ¡A ella!
Ambas
cosas dieron de lleno en Lenhela que cayó pesadamente en la arena, en eso,
Armel estaba dando fuertes golpes al coral que apresaba al dragón, tanto que
retumbaban en el mar, sin contar las afiladas garras de Kundam que desgarraban
el duro coral en girones.
Luego,
viendo donde estaban sus compañeros, Fleur pronunció estas palabras:
-Raken
Tuk, ¡sal de ahí y escucha mis insultos! Lombriz de agua estancada, anguila de
pantano, gusano de estiércol.
El
coral empezó a temblar y Armel y Kundam saltaron lejos de él. No imaginaron que
la dulce Fleur fuera tan agresiva.
El
coral reventó en miles de pedazos y de ahí salió violentamente el gran dragón
chino de 30 metros color violeta.
-¿Quién
osa insultarme? ¿Quién tiene el descaro de hacer eso? ¿Quién éres bruja de las
lanas y las cuerdas?- Pronunció un enojado Raken Tuk, que se enroscó y miró
hacia adelante.
-Soy
Fleur, la reencarnación de Elian, la esposa de Demetrio el metalero, quien está
parasitado por Arrganabak, una entidad que lo está consumiendo y yo juré volver
a la vida para devolverle su vida a mi compañero de la otra vida, morí de
cáncer a la misma edad que tengo ahora en esta vida, pero las cosas ahora
cambiarán.
Lenhela,
Armel, Kundam y una recién despierta Neyk escuchaban atentamente a Fleur,
estaban perplejos de lo que estaban enterándose.
-¿Y qué
debo hacer yo? ¿Qué tengo que hacer? Oh, espera un momento… Escucho a mi
compañero Heken Pak, sí, sé que tengo que hacer, todo depende de lo que
logremos ambos dragones, nada es rival para nosotros, los dos reguladores del
equilibrio de este mundo.
- ¿Qué
hacemos ahora Fleur? ¿O te llamamos Elian?- preguntó Armel confundido.
-Llámenme
Tejedora, y ahora corramos a ver a Demetrio, queda poco tiempo.
Fleur
agarró del piso a la atada Lenhela y empezó a arrastrarla, detrás iban los
demás, Neyk, Armel y Kundam.
Era
hora de salvar a Demetrio de su propio némesis y su propia ruina, él mismo.
Fin.
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