La lección aprendida
Una mañana, estaba Armel recorriendo su
zona del Gran bosque, cuando detrás de un árbol, se le apareció en el camino
Mano Negra.
-¿Tu? ¿Qué haces aquí? ¿Quién te dejo
entrar? – expresó el oso
- Hola Armel, vengo a llevarte a un lugar
para darte una lección sobre los humanos, entré solo, porque soy parte de esta
dimensión mágica en la que estamos.
-Bueno, muy a mi pesar, acepto. Qué raro
que no estés borracho.
-Eso, querido oso, es una fachada, no soy
alcohólico, solo bebo alcohol cuando lo veo necesario, no a toda hora. ¿Estás
listo para el viaje? Primero iremos a mi casa, luego te enterarás del viaje.
Toma mi mano.
El oso desconfió al principio, pero tomó
la mano de Mano Negra. Se desmaterializaron en el aire y aparecieron dentro de
una casa mediana hecha de piedra, en la que en una mesa había algo de
desayunar.
Había frutas, una tetera humeante,
platos, cubiertos, tazas de té y un desayuno de huevos revueltos, panqueques y
bollos de todo tipo.
-¿Quieres servirte algo de comer Armel? ¿Comes
miel? – preguntó el hombre
-Disculpa pero no
-Eres un oso ¿no comes miel?
-Una vez, estábamos recolectando miel en
un bosque, sucedió que era miel demasiado silvestre, cinco osos, incluyéndome a
mí, quedamos un día de corrido con parálisis facial, de ahí que no comemos miel
de ninguna forma.
- Es entendible y tiene sentido, bueno,
sírvete lo que quieras.- Concluyó Mano Negra.
Desayunaron, comieron todo lo necesario,
el oso aprendió a usar los cubiertos estando en su forma humana, le resultaba
curioso que los humanos usaran utensilios para comer y también comieran con la
mano ciertas cosas.
Terminaron de desayunar, se tomaron de la mano y empezaron a viajar
otra vez.
-¿Dónde me llevas ahora? –dijo Armel con
gran curiosidad
- A una ciudad, con todo tipo de humanos,
pero seremos invisibles para ellos, solo seremos observadores.
Llegaron a la ciudad y Mano Negra le hizo
ver el lado bueno de los humanos y el lado malo de ellos.
Vieron personas que tenían de demasiado
dinero, que derrochaban, que perdían grandes sumas en apuestas, que vivían
apurados, que tiraban comida y que algunos por no gustarle lo que les servían
en la mesa, rechazaban la comida, también vieron ladrones, gente que gozaba ver
mal a los demás y que se quejaban pero no hacían nada, personas superficiales,
que solo les importaba la apariencia de los demás y cuánto dinero ganaban y que
posición tenían en la sociedad.
Luego fueron a las afueras de la ciudad,
que había personas humildes, que no les importaba como se veían los demás, los
que hacían grandes ollas de comida y repartían con sus pares aunque sea un poco
de comida para calentarse el estómago, los que se esforzaban por progresar y a pesar de tener poco eran felices, parejas
de jóvenes y no tan jóvenes en plazas y parques siendo felices.
Vieron también lugares de beneficencia,
hospitales donde cuidaban enfermos donde nacían niños y a veces morían personas
de todo tipo. Asilos para los más pobres, orfanatos, asilos de ancianos, casas
donde los humanos se reunían en familias y estaban en armonía, lugares como
iglesias, templos, monasterios, donde las personas se reunían para compartir
sus creencias espirituales.
También vieron humanos enterrando a sus
muertos en cementerios y algunos visitándolos y
en ambos casos llorando desconsoladamente.
Luego de estar al menos todo un día, de
mañana a casi la medianoche, salieron de esa ciudad y volvieron a la casa de
Mano Negra.
-Querido Armel ¿qué has aprendido de todo
lo que te mostré y todo lo que has visto?
-No puedo creer que haya tantos tipos de humanos
y tantas actitudes distintas, estoy confundido
- Saca conclusiones
- ¿Hay humanos buenos y malos? ¿No todos
son violentos y gran cantidad se preocupan por los demás a pesar de la maldad
de otros? Entonces ¿hay esperanzas de que todo cambie algún día y que las
personas aprendan a ser de buen corazón?
- Has aprendido bien, no todos los
humanos somos iguales y no todos actuamos de la misma forma. Armel ¿te quedas a
cenar o ya debes irte?
-Quiero llevarme eso que llamas cuchara,
cuchillo, tenedor y palillos chinos, al menos un juego, ya me tocará
infiltrarme entre humanos en algún momento más y quiero seguir practicando con
ellos.
Mano Negra preparó un rollo de cuero en
el que le guardó cuatro juegos de
cucharas cuchillos tenedores y palillos chinos como regalo. Armel guardó el
rollo con su regalo, se tomaron de la mano y aparecieron en el Gran bosque, ya
era de noche.
-Adiós Magnos Armel, nunca dejes de tener
sabiduría, te será de ayuda para ser un gran líder. Dicho esto, Mano negra
desapareció.
El gran oso, se reunió con sus pares al
otro día, les mostró a los osos de la manada los utensilios para comer y les
contó todo lo que vio en el viaje, desde ese día, Magnos Armel aprendió a ser
sabio y saber diferenciar lo bueno y lo malo del mundo humano y también del
mundo de los animales.
Fin.
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