El candado y la coronación
El oso Armel estuvo viajando por varios
pueblos y ciudades del mundo buscando el Candado del Rey, era un objeto que
tenía colgado en su cuello Magnos Arctus padre cuando decidió formar la alianza
de manadas y ser él el líder de los osos del ahora Bosque quemado y le fue
arrebatado cuando lo asesinaron y Magnos Armel, llamado Magnos Arctus Segundo
en ese momento se exilió con los que pudo de los que no fueron asesinados y los
que quedaron viviendo en la fortaleza.
El oso iba de lugar en lugar en su forma
de humano buscando el dichoso candado que sería el que lo coronara
definitivamente el Rey y líder de los osos exiliados del bosque quemado de una
vez por todas. La búsqueda se había extendido meses y meses.
En una oportunidad, caminaba por un
pueblo de gran tamaño, con un castillo en el medio, vio de pronto a un humano
alto de gran contextura física, y colgado en su cuello con una gruesa cadena,
el candado color plata pulida que si uno se acercaba lo suficiente, el candado
decía “el que porte este candado, será llamado el señor de los osos y el líder
absoluto de ellos”.
Sin dudarlo y sin esperar que esa persona
llegara a una zona como para robarle el candado, Armel empujó al hombre, quien
estaba vestido con la ropa de los mercenarios y una larga capa de lana.
-¡Oye! ¿Por qué me empujas? ¿Qué te he
hecho? –pregunto el hombre sintiéndose ofendido.
-Tú eres el jefe de los mercenarios que
mandó a cazar a los osos del bosque de mi padre, y te has robado el candado de
mi padre y ahora lo tienes colgado de tu cuello, ¡devuélveme el candado!
- Así que tú eres el hijo de ese oso
ridículo, yo soy Gelias, y sí, me contrataron para realizar ese trabajo, no
pensé que iban a sobrevivir algunos, yo herí de gravedad a tu padre y me llevé
su candado, ¿qué piensas hacer? ¿Recuperar este objeto? Pues tendrás que pelear
conmigo.
La multitud de gente escuchaba la
discusión y se había formado un círculo con hombre y oso en el medio.
-¿Hay que pelear? Pues en guardia Gelias,
empieza la batalla cuerpo a cuerpo, prepárate - terminó de decir Armel al
convertirse en oso, su forma normal, un enorme oso pardo de gran tamaño y
envergadura.
Gelias había peleado con osos desde muy
joven, pero nunca vio un oso tan grande como Armel, luego de que el oso tomara
su forma original, la muchedumbre salió corriendo del susto, quedando solo el
enorme humano y el oso más enorme aún trenzados en una trabada batalla, lo más
parecido a una pelea de luchadores arriba de un ring.
Trabaron manos, se cachetearon, se
hicieron llaves, derribes, estuvieron así un rato midiendo sus fuerzas, y en un
momento el oso, estando furioso a no más poder, comenzó a luchar en serio,
repartiendo fuertes golpes con sus grandes y poderosas garras, esos golpes, no
hubo forma de que Gelias pudiera detenerlos.
Armel abrazó fuertemente al hombre y lo
dejó sin aire, estrujó su cuerpo e hizo sonar todos los huesos de su cuerpo,
entonces arrojó al aire a Gelias y lo remató de un gran manotazo dado con todas
sus fuerzas, dejando al hombre tirado en el suelo y lleno de heridas y en un
grito desgarrador.
El oso entonces, desgarró las ropas del
jefe de los mercenarios y le sacó el candado agarrado a una cadena de su
cuello.
El oso se convirtió en humano y empezó a
caminar para irse, en ese momento, Gelias le dijo:
-Sé que no sirve de nada disculparse,
solo te deseo una larga vida como líder, no fui rival para ti, y estuve
equivocado en mi accionar, es lo único que puedo decirte, no sé si mi destino
es el cielo o el peor de los infiernos, pero has probado que todo el mal que se
hace, vuelve en la forma más inesperada.
Luego de pronunciar estas palabras, el
corazón del jefe de los mercenarios, dejó de latir.
Armel que ya había vengado a su padre,
recuperado su colgante de líder, emprendió viaje al Gran Bosque.
Luego de llegar al bosque, ahí lo
esperaban pacientemente el tío Burno, Bernardette y todas las manadas de osos
que vivieron en el bosque quemado.
El oso les mostró el candado y la cadena
y en ese momento, Burno la tomó en sus garras ordenó a todos los osos agacharse
en el suelo y pronunció las siguientes palabras:
-En este acto, frente a todos estos osos
y en este bosque, yo Burno del bosque quemado, te nombro a ti Magnos Arctus
Segundo, como el rey y líder de todos los osos y te doy el nombre de Magnos
Arctus Armel, que significa : el más grande de los osos, líder de los osos,
jefe de todos ellos. Recibe el candado que te corona como lo ya antes dicho y
que seas gobernante y líder sabio y nos guíes
lo más lejos posible en el tiempo. Y también te pregunto ¿Tienes alguna hembra
para elegir como tu consorte y compañera durante todo lo que dure tu vida y
reinado?
-Yo tomo a Bernardette como mi compañera
de vida y madre de mis futuros descendientes.
Dicho todo esto, Burno le colgó el
candado en su cuello, que este decía: Magnos Arctus Armel, el líder de los
osos.
-Viva el líder de los osos, larga vida al
líder, larga vida a Magnos Arctus Armel- dijeron todos los osos sin dejar de
vitorear a su definitivo Rey y líder, heredero por derecho.
Luego de este acto de coronación, de la
batalla y de todo lo sucedido desde el incendio del bosque y todo lo aprendido
en el camino, Armel pudo estar tranquilo luego de mucho tiempo.
Se hizo un gran festejo que duró al menos
una noche entera, para comer había bayas, frutas, salmones, pequeños animales y
muchas cosas más, excepto miel, pues nadie comía miel en la manada del líder de
los osos.
Con esto podemos dar por terminada esta
historia del oso Armel, si fue corta o fue larga, eso no importa, solo importa
que Armel era el nuevo líder de los osos, los cuales vivían en el Gran Bosque y
con eso, ellos eran más que felices.
Fin.
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