El regalo y el baile
Era una mañana en
la que había llovido toda la noche hasta que salió el sol en el bosque de la
Tribu de Lobos, Fédrez (Patas blancas), salía de la cueva para desperezarse y
ver como estaba el terreno cercano al recinto de los ancestros.
En una de esas
oportunidades, apareció uno de los mensajeros de la tribu, un lobo Mackenzie,
traía un pequeño cofre bajo el brazo y al ver a Fédrez, le dijo:
-Querido
guardián, tengo órdenes de entregarle este cofre cerrado de madera, no me han
dicho el remitente, solo que es para usted.
- De acuerdo, lo
recibo, espero que no sea una broma.
Ante la negativa
del mensajero, Patas blancas saludó al mismo y le dijo que se retirara.
Luego de saludar
e irse el mensajero, el lobo pensaba que podría ser lo que habría en el cofre
pequeño cerrado por una simple traba de metal.
En ese momento,
salía de la cueva Rónevi (Medias negras) y se acercó a Patas blancas
preguntándole por el cofre de madera.
Se miraron uno al
otro y abrieron el objeto de madera. Dentro se venían cosas brillantes y una
hoja de papel con algo escrito. Se pusieron a leer el papel que decía:
“Fédrez, el lobo
gris, en este cofre o caja de madera, te enviamos como regalo los dos guantes
con cascabeles de nuestra bisabuela Alessa, ella ha muerto y dijo en su lecho
de muerte que quería que los guantes que la hicieron una gran bailarina,
quedaran en tus manos, ella tuvo una gran alegría cuando le informamos que tu
llegaste a lobo Alfa del consejo de los de la tribu, y nosotras te felicitamos
por ser el guardián del recinto de ancestros, te saludamos muy cordialmente,
Almira y Adina, bisnietas de Alessa la mágica”
Terminaron de
leer el papel y Rónevi dijo:
-¿Guantes con
cascabeles? ¿Eso existe?
-Al parecer si
Medias Negras, son estos de la caja – dijo Fédrez levantando uno.
- ¿Y para qué
sirven?
-Para bailar y
marcar un ritmo, ponte uno y yo el otro.
Y así lo
hicieron, el sonido que largaban los cascabeles eran bellos y alegres.
-Ven, bailemos –
dijo el lobo.
Y tomó de la mano
a su compañera y se pusieron a bailar uno frente al otro. El sonido los guiaba
a bailar y pronto salieron los demás lobos de la cueva a escuchar los
cascabeles y ver bailar alegremente a sus Alfas.
Patas blancas
pidió a su compañera el otro guante y ya teniendo ambos, comenzó a marcar
ritmos y dar pasos de baile, el sonido de los cascabeles empezó a ser hipnótico
y los lobos que estaban mirando, comenzaron a dar palmas alegremente y Fédrez
bailaba y bailaba enérgicamente.
Medias negras
también hacia palmas viendo a su compañero y comenzaron todos a aullar como
aprobación al espectáculo dado por el lobo Alfa.
Luego de media
hora, cansado de bailar por un largo rato, Patas blancas, descansó y le dijo a
Medias negras:
-Esto nos puede
servir para algún rito o festejo en el recinto.
-¿Tú crees?
-Claro que sí,
vienen como anillo al dedo.
Estaba decidido,
se quedarían con los guantes que les regaló Alessa dicho en su lecho de muerte,
ya tenían algo más para hacer ruido en los rituales y para divertirse de vez en
cuando, antes de guardarlos en la caja de madera, los volvieron a mirar, tenían
un bello sonido, al igual que el que siempre tuvieron cuando Alessa bailaba
para el emperador, los famosos guantes de cascabeles de la mágica bailarina de
oriente.
Fin
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