El guardián de las historias

 

El guardián de las historias

 

Era una de esas tardes en el bosque que ya eran aburridas, los animales alien se habían ido a cada bosque que había sido acordado y Pankrathos estaba en su bosque particular, viviendo en una pirámide de piedra escalonada, recibiendo mensajeros y comunicándose por pantallas con sus colaboradores rebeldes al consejo planetario.

Se tomaba sus momentos para meditar, leer sabiduría intemporal y ayunar, también había logrado vencer al hambre como todo yogui alien león, solo tomando agua y consumiendo las plantas medicinales correctas.

Cada tanto, recibía y presidia reuniones de los comandantes de cada región de la Tierra, las cuales eran: Surtha, Northa, Indo, Eurasia, Austra y Afra.

Una tarde, como bien decimos, muy aburrida, llegó un ser particular de forma inesperada.

Pankrathos leía unos  pergaminos y de pronto, vio una sombra quieta delante de él.

El recordaba que estaba en una dimensión en la que había que pedir permiso para entrar, pero igual escuchó:

-¿Me das permiso?

A lo que el león no dio importancia.

Esto se repitió dos veces más.

A la cuarta vez, el león escuchó:

-He entrado sin tu permiso, soy demasiado importante como para ser ignorado.

Y la sombra se abalanzó sobre el león.

A lo que el león lo atacó por la cintura de un zarpazo y lo vio recomponerse en décimas de segundo.

-¿quién osa interrumpirme? ¿Y cómo no pude lastimarte?

-ja ja ja estoy hecho de historias, miles de ellas y de todos los planos y dimensiones, soy atemporal y me emborracho de letras de todo tipo… que sorpresa Pankrathos, ¿verdad?

-¿cómo sabes mi nombre?

-porque tú también eres una historia para contar.

-y eres…

-el avatar de plomis historis magnoris, soy Anderic Mano Negra.

El león se dio cuenta con estos nombres, que tenía delante al único e irrepetible e implacable...guardián de la pluma estilográfica mágica.

Retomaron la compostura unos momentos, que si era necesaria, y luego el león dijo:

-¿para qué vienes a verme?

-¿has oído de la Tribu de los lobos? –contestó Mano Negra con otra pregunta

-los lobos malditos y amadrinados por Luna… ¿qué sucede con ellos?

A lo que Mano Negra dio un explayado y pormenorizado informe sobre una intrincada profecía perdida en la noche de los tiempos.

-¿así que de ahí viene la historia del lobo gris de patas blancas?

-así parece, será un importante líder, aparte de un importante chamán y un fuerte obstáculo para el consejo planetario, pero no dejemos de lado que su compostura será ejemplar.

-entonces no es de temer… sin embargo eso de que sean sicarios me tiene sin cuidado.

Luego de hablar acaloradamente, acordaron, muy al pesar del otro, ser compañeros de lucha y también que Mano Negra no necesitara pedir permiso para pasar de bosque en bosque. También tenía vía libre de entrar en la casa de Pankrathos, sin cita ni anunciación.

Mano Negra, el avatar de las historias de los bosques y el mundo y el universo, se había hecho presente en multitud de historias, como metiche o personaje oculto o esa mirada detrás del árbol en la oscuridad en los ojos de algún animal del bosque y ahora le tocó presentarse ante el regente supremo de los que están ocultos mirando como los humanos se ocupan de matarse entre ellos y muchos otros de cambiar el mundo.

Así fue como entró en todas las historias y entrará en todas ellas sin pedir permiso, este particular ser llamado Mano Negra, el guardián de las historias contadas y por contar.

Fin.