El futuro y la confusión
Esta historia avanza miles de años hacia adelante, luego del descubrimiento galáctico de la raza de hombres mono en el planeta llamado Tierra, de la estrella llamada Sol en la constelación del Mono.
La tierra estaba gobernada por los seres humanoides de otras estrellas, para que todo marchara como debía, se hizo un consejo planetario, de leones, dracónidos, cánidos, felinos, elefantes, aves, arcturianos, nórdicos, y pleyadianos y demás razas del cosmos. Parte de lo que podemos decir, es que dejaron animales versiones de ellos, en todo el mundo.
En su gran benevolencia, alteraron los genes de los hombres mono, dieron tecnología, enseñaron ciencias de todo tipo, dieron consejos y también armamentos.
Aquí podemos decir que Charlie y Pankra (ahora bautizado Pankrathos por los hombres mono) se quedaron miles de años como miembros del consejo del planeta y como guías y maestros espirituales, grandes maestros de espiritualidad, de meditación, de cómo controlarse a uno mismo y de técnicas de sanación de todo tipo.
Pero en toda historia bonita, hay cosas malas que contar.
Los hombres mono empezaron a fundar imperios, de las alteraciones genéticas, surgieron más razas, todas ellas distintas entre sí, algunas más violentas, otras más calmas y serviciales y otras más distintas de color de piel, atributos, alturas y habilidades.
También los hombres mono empezaron a hacer sociedades con sistemas de castas y de pirámides sociales.
Incluso, se creían más poderosos que los humanoides que ellos tomaron como sus dioses y deidades, los del consejo planetario y todos los que les confiaron enseñanzas.
Por el contrario, entre los hombres mono, también había seres benevolentes, grandes sabios, maestros de generaciones en generaciones de espiritualidad, consejeros y grandes reyes de paz.
Sin embargo, llegó el momento menos esperado: empezaron las guerras, y peor que eso… las guerras por el poder.
Una tarde soleada, Pankrathos estaba enseñando meditación y guiando un gran grupo de niños y niñas mono a la tan ansiada trascendencia.
De pronto, un grupo de soldados irrumpieron al grito de:
-¡oigan! Esto ya no está permitido.
-¿Quién dice? –dijo un inquieto alien león
-los servidores del gran rey Matnus, señor de la tierra ¡ten lo tuyo leoncito!
A lo que le propinaron un sablazo en un ojo, dejándole una herida en los parpados.
Pankrathos, consciente de ser más fuerte, huyó de allí tomándose la cara.
Empezó la sesión del gran consejo planetario, en ese momento, se enteraron todos los humanoides que un rey supremo se había levantado entre los hombres mono, había asesinado a algunos monarcas y había echado a varios líderes espirituales, entre ellos a Pankrathos.
Los hombres mono estaban construyendo un gobierno bajo un solo mandatario y decidiendo en su egoísmo, ser los mayores señores de todo.
Su última y gran hazaña, era la de construir una enorme torre que llegara a los cielos para usar las pirámides que había desparramadas por todo el mundo, que eran centros de energía libre y reactores energéticos que poblaban el mundo, las iban a usar con el fin de dañar y controlar las naves espaciales y también generar un campo de defensa.
Un pleyadiano entonces propuso:
-consejo planetario, iniciemos la gran confusión.
-¿pero es necesario? –dijo un draconido
-ya está todo fuera de control –dijo un alien emplumado
- Miren lo que le hicieron a mi cara de un espadazo ¡esto es inaceptable! –se quejó Pankrathos
-señores del consejo, no caigamos en pánico, hagamos que ellos involucionen unos escalones, ya se salieron de control, confundámoslos, no dejemos que estos seres que tanto hemos ayudado, se crean dioses solo por estar a nuestro nivel. Cercenemos algunos genes y hagamos que su idioma único se divida en varios. La gran torre será la que disperse todo el daño que merecen a todo el planeta. –fue lo que dijo un nórdico
Todos estuvieron de acuerdo, excepto Pankrathos
-¡Pero Pankrathos! A ti también te dañaron.- Dijo un Charlie algo consternado.
-No dejare que mis alumnos y seguidores de todas las razas pierdan lo que yo he ganado y han ganado ellos en estos miles de años, seré el señor de los humanoides desamparados, y si los hombres mono no quieren comprender serán testigos de mi ira, los que queden en el planeta de todas las razas que hemos venido, vendrán conmigo, yo seré el líder en los bosques. ¿Está claro?
Se hizo un silencio enorme e incómodo. Todos se observaron las caras y uno tomó la palabra para decir:
-buen viaje Pankrathos, nadie te detiene.
Un gran grupo de seres de las estrellas se prepararon para quedarse con el alien león, de todos los tipos, cánidos, elefantes, aves, felinos, úrsidos.
Luego, se empezó con la operación confusión, se plantó una célula electrónica comandada por un ordenador de bolsillo en la gran torre, esta célula tenía la orden de irradiar el planeta con disruptores de genes y grandes elementos radiactivos.
Cuando los hombres mono encendieron la torre, esta empezó a funcionar mal, la apagaron, la volvieron a encender y la célula electrónica se encendió y la radiación llego a todos los confines del mundo, excepto a los rebeldes que se quedaron con Pankrathos en los bosques.
La mente y los genes de los hombres mono, quedaron dañados permanentemente.
No se reconocían entre ellos, no entendían el idioma del de al lado, no recordaban quienes eran ni cómo llegaron ahí.
Con el paso de los años, los ahora humanos, con sus genes faltantes, sus imperios que subían al poder y caían a lo cientos de años, solo recordaban a los seres planetarios como los que fueron en su momento, deidades.
¿Qué pasó con los rebeldes de Pankrathos?
Quedaron en los bosques y selvas formando comunidades, algunos teniendo el agrado de comunicarse con los que ahora uno llama magos, hechiceros, druidas, brujos y chamanes.
Pankrathos fundó lo que se llamó la Dimensión Mágica de Bosques.
Y solo los que lo siguieron llegaron a nuestros días, los descendientes de descendientes, perdurando en el tiempo. Entre ellos grandes maestros y sabios mitológicos.
El león nunca olvidó a Charlie y su reloj, era su único recuerdo de esperanza.
El león, por más que pareciera raro, aguardaba el momento de que volvieran los del consejo planetario a pedirle disculpas. El solo buscaría respuestas…y estaría esperando lo necesario para que llegue ese momento.
Fin