La fantasmal Semforah
Ya habíamos hablado antes de Pankrathos el león alien
regente de los que se convierten en animales, humanos e intermedios humanoides,
llamados los tres esencias.
Estos seres vivían en distintos bosques que se conectaban
entre sí en una enorme red dimensional llamada La dimensión mágica de bosques.
Entre esas zonas de bosques alejados y unidos al mismo
tiempo, vagaba un ser bastante curioso.
Ese ser tenia forma
de mujer, una mujer de metro ochenta de alto, vestida con amplias ropas negras
y harapientas, ella tenía el pelo hasta la cintura de color negro azabache, su
piel era pálida y blanca como hoja de papel, sus ojos eran totalmente negros,
tanto que no se podía distinguir ni esclerótica de iris o pupila. La forma de
su cuerpo era curvilínea y algo sensual. Ella se llama Semforah, la fantasmal.
Los seres de los bosques que son los tres esencias, no le temían,
pero ella tenía algo especial, estaba perturbada de su mente, escuchaba voces, tenía
arranques de risas histéricas, hablaba sola por los rincones y no controlaba el
volumen de su voz, a veces susurraba y otras tantas hablaba a los gritos siendo
muy estridentes, se la veía a veces cantar canciones sacadas de la nada.
Un día, Semforah, les pidió ayuda a los hombres lobo y a los
hombres osos, ellos acudieron al llamado y le preguntaron que necesitaba.
-¿Qué necesito? Uno
de mis gatos que me acompañan se ha perdido, es uno negro de bigotes blancos,
Quiero de vuelta a mi gatito, Semforah está triste porque me falta uno de mis siete
gatos negros.
En ese momento, en el Gran Bosque, no solo hombres lobo
comandados por Fedrez el lobo gris y los hombres oso comandados por el líder de
los osos Magnos Arctus Armel salieron a
buscarlo. También salieron a buscarlo Kyan Tati la zorra y la mapache Neyk
Itet, las espías e informantes de todos los bosques.
Esto llegó a oídos del león Pankrathos, que se ofreció a
cuidar y darle ánimos a Semforah.
-Quédate tranquila, todos ellos encontraran a tu gato, no
pudo haber ido muy lejos, aparte, todos estos seres son buenos encontrando
cosas. –dijo el león con su grave y tranquila voz
-¿Y si le pasa algo? No puedo estar sin mi gato, si pierdo
un gato me vuelvo más loca de lo que ya estoy… ¡voces guarden silencio!
Encontrarán a mi gato, estoy segura. –dijo una preocupada Semforah.
Pasaron unas horas que parecían eternas, pero de pronto, el
león y Semforah vieron a Kyan Tati llegar caminando con un gato negro entre sus
brazos.
-¡Mi gato! ¡Mi gato! ¿Qué le sucedió? ¿Por qué está tan
quieto?
-Disculpa Semforah, lo encontré sin vida en el agua de la
cascada, perdón que te hemos fallado.
Entonces la entidad con forma de mujer empezó a llorar
desconsoladamente.
-Kyan no todo está perdido, sostén en tus manos al michifus,
tengo una idea –dijo Pankrathos
-¿qué idea? –dijo la zorra
-ahora verás –dijo un tranquilo Pankrathos
Kyan tati, sostuvo en sus manos al gatito negro y el alien
león extendió las manos imponiéndoselas al cuerpo sin vida del gato, de esas
manos, empezó a brotar una luz destellante y poderosa de color dorado. En menos
de tres minutos, el cuerpo sin vida, la recobró y se empezaron a sentir unos
maullidos de gato.
Semforah, escuchó el maullido de su gato y dejó de llorar,
sus blancas manos tomaron al gato y lo acariciaron. Ahora la mujer se sonreía
mostrando sus blancos dientes.
-¡Voces! resucitaron a mi gato, Semforah no puede estar más
feliz, ¿cómo puedo pagarles semejante acción? ¡Esto no tiene precio!
-querida mujer, no podía dejarte que estuvieras más
desdichada de lo que ya eres, comprendo lo que es estar mal, yo mismo perdí un
montón de compañeros, como iba a dejarte desdichada, no mereces eso, ya tu vida
es muy tortuosa. –dijo un conmovido Pankrathos
-muchas gracias Pankrathos, Semforah recordara esto con
mucho cariño, ¿han visto voces? Me han ayudado, ahora debo ayudarlos a ellos.
-muchachos, hay que festejar, recolecten comida ¿Semforah,
que deseas comer?
-Semforah ama las frutas, quiero muchas de ellas. –dijo una
sonriente y contenta mujer.
Luego de todo esto, con festejo por medio, la mujer fantasmal,
llamada Semforah, se comprometió a ayudarlos en todo lo que necesitaran,
sobretodo en misiones que necesitaran un ser tan especial como ella, que a
pesar de padecer graves problemas mentales y tener siete gatos a su cuidado, aún
era un ser bello y útil.
Fin
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