Advertencia: por favor, los que no han leido “El mejor de todos” salgan de aqui y leanlo, esta es la continuación el ese cuento anterior, y si no le leen no van a entender nada, si ya leiste “el mejor de todos”, ignorá esta advertencia y disfruta esta continuación de ese cuento.
Hansen llegó al otro lado del portal, era un lugar blanco lleno de nubes y de perros de todos los tamaños y razas haciendo distintas filas, ordenadas por seres con alas blancas y túnicas del mismo color con anotadores y planillas en las manos.
Uno de estos seres se acercó a Hansen y le dijo:
-¿Nombre terrenal?
-Hansen
-Bien ¿cuál era nombre con el que te llamaba tu madre cuando eras cachorro?
-Pompón negro
-De acuerdo, ¿tenías alguna ocupación en la tierra?
-Perro de la brigada especial canina de la policía de la ciudad de Berlín, Alemania
El ser blanco anotaba todo sin que se le escapara un detalle.
-Bien querido Hansen, espera un rato que iré al archivo a ver qué puedo hacer por ti, da un paseo por el lugar, luego te llamaremos.
El perro paseó por todo el lugar, veía a muchos reunidos con humanos, a algunos saltando de nube en nube, a otros orinando árboles, a otros masticando nubes, y a otros haciendo fila para entrar a los Elíseos, otros comiendo frutas, otros panza arriba al sol.
-¡Hansen! raza Pastor alemán, preséntese aquí por favor – dijo una voz a lo lejos.
Al oír esto, salió corriendo hacia a la voz y entró a una habitación blanca.
-Bien, revisamos tu vida, has vivido un largo tiempo en la Tierra y todavía no tienes a un humano aquí. Tenemos que darte a elegir, la primera opción es: puedes quedarte aquí en el Cielo, vivir un descanso por toda la eternidad y esperar a un humano.
-¿Cuál es la otra opción? –preguntó Hansen sentado y moviendo la cola impaciente.
-La segunda opción es: puedes volver a la Tierra, solo que para esto último, debes cambiar de raza, y no puedes volver con la misma familia, debes estar con otros humanos.
-¿Puedo tener un momento para elegir?
-Puedes tomarte todo el tiempo que quieras, no tienes apuro, pero debes elegir bien, luego no hay vuelta atrás – terminó de decir el ser blanco.
El perro meditó un largo y harto rato. Analizó la situación profundamente.
-¿Y bien? ¿Qué has decidido? – preguntó el ser de luz.
-Quiero volver a la tierra, quiero ser un Mastín, y quiero que mi lugar de nacimiento sea en Gran Bretaña.
-De acuerdo, pasa por aquel portal.
Hansen caminó decididamente y cruzó el portal que lo llevaba otra vez a la Tierra.
Cuando abrió los ojos, estaba en una cesta en la puerta de una casa de familia.
Abrieron la puerta de la casa y lo miró una mujer joven de unos 40 años de edad y un niño de 7 años.
La mujer leyó la nota que estaba en la cesta, y el niño le dijo a su madre:
-¿Podemos tenerlo en casa?
-Claro que si hijo, lo estábamos esperando, ve a llamar a tu padre y luego pensaremos un nombre para él.
Hansen los miraba con sus ojos de cachorro.
Hansen había regresado a la Tierra, y estaba más que feliz de tener una nueva familia cariñosa y de volver a ser perro.
Fin
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