Nuevos aires
sacuden los árboles
Viejos y sin
hojas se quejan rechinando
Las ramas interminables de uno de ellos
Atrapan a uno de los jóvenes vientos
descarados.
Las ardillas y
pájaros tratan de escapar,
de la furia que
desata el viento
al verse, preso
por débiles
brazos leñosos
que lo sujetan y
estrujan con fuerza.
¡Libradme de este
castigo queridos hermanos!
Por pecar de
juguetón con un viejo árbol
He caído en una
trampa, soplad vendavales,
Socorredme de mi desgracia.
Cansado de probar
su fuerza
El vil vegetal
soltó al aullante aire
Este se sumó a sus hermanos.
Llevó consigo una lección
De no abusar de su fuerza
Con alguien que
se dobla
pero no se
quiebra fácil.
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