Esta es la historia del oso amigo del Lobo Gris
Había una vez, en un lejano bosque hace
mucho tiempo, muchas manadas de osos, que vivían tranquilos cazando peces en
las correntadas, pequeños animales, recolectando frutas y robando miel de las colmenas de los árboles.
Un viejo oso pardo, Magnos Arctus su
nombre, había declarado su posesión de un territorio junto con otros jefes de
manada, unas diez manadas de osos enormes con sus hembras y sus oseznos.
Magnos, tenía a su hijo Magnos Arctus
Segundo, el que según las costumbres de los de estos clanes, sería su sucesor,
pasara lo que pasara.
El sucesor de Magnos, estaba entrenado
para ser un gran líder, era un oso muy fuerte y muy grande de tamaño, gustaba
de comer las frutas más duras, los peces más grandes y la miel más dulce, era
un poco tosco, pero muy cariñoso con sus hermanos menores.
Pero un día, uno de esos días que uno no
espera, ocurrió algo muy terrible, Magnos hijo, fue con un grupo de osos a
cazar peces a una cascada un poco alejada de donde acostumbraban ir normalmente,
ese día todo iba a cambiar.
Los humanos que estaban cerca en una fortaleza
impenetrable, pagaron a un gran grupo de mercenarios para que diezmaran la
población de osos, para obtener sus pieles y hacer comercio con ellas.
Magnos hijo se había tardado más de lo
normal en volver, ya estaba anocheciendo cuando volvió a su bosque y vio la
terrible escena: árboles incendiados, osos muertos, cachorros gritando por sus
madres, y ellos, los mercenarios, con carros y jaulas, aprisionando osos,
cargando los cadáveres de los osos más grandes y ensañándose con las hembras.
Esto hizo que el oso se volviera
loco y empezara a repartir golpes y mordidas
a diestra y siniestra y golpearse el pecho, lo cual también hicieron sus
compañeros de caza.
Los mercenarios, muertos de miedo,
salieron corriendo pero algunos cayeron en manos de los osos y fueron
despedazados. Los que pudieron escapar, perdieron el sentido en por unos
momentos del terror que les causaron los furiosos osos y otros que estaban con grandes heridas
no llegaron muy lejos.
-¡Magnos! ¡Hijo! ¡Ven pronto!- se le
escuchó decir al oso Alfa herido gravemente en el pecho.
-¡Padre! ¿Qué te han hecho? ¿Dónde está
mamá?
-No me queda mucho tiempo de vida, tu
ahora eres el líder, ¡tú ahora eres Magnos Arctus! Mi sucesor, lleva en alto mi
nombre, tu madre ha muerto y yo también estoy en eso, no dejes morir mi legado.
Dicho esto, el oso padre murió, y Magnos
Arctus Segundo, era el nuevo alfa de los que quedaron vivos de las diez
manadas. Todos en ese momento tuvieron que escapar de ese lugar, estaba todo en
llamas.
Huyeron hacia el oeste, vagaron dos días,
hasta llegar a una planicie sin árboles, machos, hembras y los pocos oseznos
que quedaron vivos descansaron allí. Al día tres, que era un día de luna llena,
Magnos Arctus Segundo dijo al aire alzándose en dos patas y gritando a la gran
luna.
-¡Maldita nuestra suerte! ¿Qué haremos
ahora? Tú, gigante redonda ¡contéstame!
En eso, un haz de luz enceguecedor salió
de la luna y un ser vestido de blanco con forma de mujer de ojos totalmente
blancos se plantó en frente del gran oso.
-Aquí estoy, solo puedo proponerte una
cosa ¿quieres venganza contra lo que los hombres te hicieron? ¡Puedo
convertirte en uno!
-¡Entonces conviérteme en uno si eso
cambia en algo mí destino!
-Como gustes – dijo la mujer y envolvió
en una gran ráfaga a Magnos, el oso brilló y su forma cambió a un hombre alto y
musculoso de barba que cayó al suelo vestido en pieles.
Magnos miró su nuevo cuerpo, cambió a
oso, cambió a hombre, cambió a hombre con cabeza de oso con garras en sus manos
y cambió a oso otra vez.
-¿Necesitas un nuevo nombre querido oso?
–dijo la dama de blanco.
-¿Qué te parece…Armel (el líder de los
osos)?
-¡me encanta!- exclamó la dama
-Magnos deja de ser mi nombre por el
momento, Armel es mi nuevo nombre entonces - finalizó el hombre oso.
Dicho esto, la dama Luna se fue en un haz
de luz. Los osos que estaban lejos y vieron todo se le acercaron, Armel les
mostró su nueva habilidad.
Desde ese día, Armel fue un líder,
buscando por todos lados un bosque nuevo para sus manadas ahora una enorme
manada de osos nómades, fueron por todo el mundo, hasta llegar a un cruce
neblinoso, en el que entraron y pasaron al otro lado, del otro lado, los
aguardaba el Gran Bosque de los lobos grises.
Fin