Habían llegado al
pueblo un grupo de cinco jóvenes músicos; un violinista, uno con una zanfonía,
uno con una flauta, uno con varios tambores para tocar con la mano y uno con un
acordeón, acompañados de dos jóvenes y muy bellas bailarinas de árabe y danza
tribal que eran hermanas casi muy iguales, flacas y altas de pelo negro. Ellos
viajaban de lugar en lugar llevando su espectáculo de música y su espectáculo
de baile de las hermanas.
Se adentraron al
pueblo en el que se quedarían unos dos meses, el pueblo que tenía un gran
bosque verde enfrente.
Dieron un
maravilloso espectáculo en el pueblo y llenaron varios sombreros de dinero en
solo 15 días y 15 noches.
Las hermanas
decidieron ir al bosque a practicar sus pasos y a pasear un poco. En el camino,
al llegar a una encrucijada, se encontraron con un hombre de pasados 40 años de
edad, quien no si el mismísimo Mano Negra en persona que esta vez no estaba ni
borracho ni intoxicado por el alcohol barato que solía beber en el bar del pueblo.
-Yo puedo
acompañarlas para pasar a los guardianes de turno del bosque, suelen ser
feroces–comentó el hombre.
- ¡Muchas gracias
señor!- dijeron las hermanas bailarinas.
Llegaron a la
puerta del bosque, donde esta vez estaban de guardianes los lobos de la manada
de lobos grises (manada a la cual pertenecía Patas blancas)
-¡Anderic! – Exclamaron
los guardianes- no te queremos aquí durante nuestra guardia, Fédrez nos
regañaría si ve que te dejamos pasar tan campante y menos con extrañas –dijeron
mirando a las hermanas.
-Muchachos… solo
las estoy acompañando, no tengo nada que ver con ellas, solo me ofrecí de
escolta - dijo Mano Negra
-¿Qué haces aquí
Mano Negra? Te acaban de decir que no eres bienvenido – dijo un muchacho que se
acercaba al lugar por detrás de las hermanas, quien resultaba ser Fédrez (Patas
blancas) que se estaba convirtiendo en lobo mientras caminaba.
Una de las
hermanas vió al lobo y preguntó
-¿Tú eres él Lobo
Gris de Patas Blancas llamado Fédrez?
-¿Quién pregunta?
– dijo el lobo mirando que algo brillaba en las muñecas de las hermanas que
iban vestidas con sus atuendos de baile.
Ellas escondieron
sus brazos de la mirada curiosa del lobo.
-Las hermanas Adina
y Almira - dijeron ambas.
-Esos guantes
tintineantes ¿ustedes son algo de Alessa la mágica?
-Somos las
bisnietas de ella y recorremos todos los lugares posibles, bailando acompañadas
de músicos y haciendo un espectáculo.
-¿Bisnietas de
ella? ¿Qué edad tiene ella y que edad tienen ustedes?
- Querido lobo,
eso no se le pregunta a las mujeres… - dijo Mano Negra
-¿Quieres
callarte anciano?- dijo cortante el lobo.
-No empiecen una
pelea por tonterías – dijo Almira
-Tiene razón mi
hermana, nuestra bisabuela, es eso, una señora de muchos años y nosotras somos
unas señoritas no tan jóvenes. – dijo Adina
-Entonces…
¿Pueden hacer una presentación de música y baile en el claro del bosque?-prosiguió
Fédrez- Estarán los lobos rojos, los lobos grises, los lobos Mackenzie, la
tribu de hombres lobos, el sabio del viento que está de visita, los blancos
árticos y los negros de la nieve.
-¿Puedo
participar? – interrumpió Mano Negra.
-Sabes que no te
soporto, pero haré una excepción por esta vez- dijo Patas Blancas.
Llegó la noche,
los músicos y las hermanas dieron un espectáculo a la luz de la luna en el claro
del bosque, ante la mirada de las manadas de decenas y decenas de lobos, la
tribu de hombres lobo que estaban de descanso en el bosque, el sabio que
viajaba convertido en viento por todo el mundo y de Mano Negra que estaba
apoyado en un árbol, ellas danzaron entre lobos.
Todos quedaron
encantados con el espectáculo dado, al otro día, los músicos y las hermanas
volvieron al pueblo y al poco tiempo siguieron viaje hacia otros rumbos, no era
ninguna sorpresa esta reunión de tantos personajes, pues todo está conectado
entre sí.