Las personas tienen preguntas, a veces quieren explicaciones a pesar de no ser necesarias, pero como uno lo vé necesario, he aquí como el lobo gris de patas blancas( al menos el que yo represento) ganó la habilidad de convertirse en hombre, disfrútenlo.
Érase una vez…
Un lobo de color
gris, de patas muy blancas como la nieve, cubiertas como si fueran medias de
humano, su nombre era Fédrez. Sus padres lobos lo habían educado en el arte de
la caza, en saber todas las formas de aullido posibles, en cuidar de la manada,
pero Fédrez era muy curioso sobre lo que pasaba a su alrededor.
En uno de sus
paseos por el bosque, vió a un poeta practicar sus versos y quedó encantado de
como el hombre recitaba una y otra vez sus palabras, dando distintas
entonaciones, dando énfasis en lo que decía, el lobo no podía dar crédito a lo
que oía, días después, hizo la prueba a escondidas día tras día, ensayaba
frases, versos, quería impresionar a su manada con esto que había aprendido.
Finalmente,
Fédrez llamó a toda la manada, cuando todos estuvieron reunidos, el lobo de
patas blancas recitó sus mejores versos, todo lo que había ensayado durante
semanas. Cuando terminó de mover su hocico, toda la manada reprobó lo que
recitó con risas “¡Que tonto eres!” “¡Nunca escuché tonterías así en todo el
bosque!” “¡Buena broma Fédrez!” se escuchaba entre los presentes. Su padre lo
agarró de una oreja y se lo llevó lejos de los burlones, y le dijo que no
hiciera esas tonterías, que se ocupara de cuidar la manada, que no perdiera el
respeto de los integrantes de la misma; que él era un lobo, no un poeta, porque
eso era de humanos, no de lobos.
El pobre Fédrez
se pasó dentro del bosque, días enteros pensando si lo que había hecho era
correcto. Llegó el día de luna llena, y Fédrez, con los ojos llenos de
lágrimas, se puso a recitar a la gran y blanca luna en uno de los claros del
denso bosque. Habiendo terminado de recitar el gris lobo, escuchó una dulce y
maternal voz proveniente de la luna, esta le decía que sus versos eran bellos, pero
si quería que fueran mejores, debería convertirse en hombre, pues ella tenía el
poder de convertir a los lobos en hombres y los hombres en lobo, le dijo que
era posible realizar esto, ser lobo y cambiar a hombre a voluntad y viceversa.
Encantado con lo que dijo la enorme luna accedió a poder cambiar de forma.
Entonces Fédrez,
salía del bosque siendo lobo, y antes de llegar al camino más cercano, se
convertía por sus medios en un joven de pelos largos con ropaje de ser humano,
para que las personas del mundo escucharan sus versos.
El lobo gris de
patas blancas había empezado así su aventura que hasta ahora, tal vez, si se te
aparece un muchacho joven de mediana estatura, que responde al nombre de Fédrez,
y te ofrece escuchar unos versos, no lo esquives, es un lobo que se convierte
en hombre para distraer del mundo común durante un rato a la persona que lo
escuche recitar o contar sus cuentos.
Fin.